Los linfomas se clasifican como de bajo o alto grado dependiendo de su morfología y se estadifican según su extensión. Se diagnostican mediante exploración física, análisis de sangre, tomografías y biopsias de ganglios linfáticos. Los de bajo grado como el folicular, manto y marginal ocurren más en adultos mayores, mientras que los de alto grado como el difuso grande B y T son más agresivos. El tratamiento y pronóstico varían según el tipo y grado de linfoma.