El documento propone una actualización irónica de los Diez Mandamientos para adaptarlos a la sociedad del siglo XXI. En la actualización, el primer mandamiento es amar al propio ego sobre todas las cosas; el segundo es no tomar el nombre de las cosas en vano sino creer que lo más importante son las etiquetas no la realidad; y el décimo es codiciar los bienes ajenos y apropiárselos pues ahora se llama espíritu empresarial. El documento sugiere que los mandamientos religiosos originales ya no son aplicables en el mundo modern