Epicuro argumenta que las opiniones populares sobre los dioses y la muerte son falsas. Sostiene que los dioses deben concebirse como seres bienaventurados e inmortales, y que la muerte no es un mal porque elimina la sensación y con ella el bien y el mal. La multitud juzga erróneamente a los dioses con base en sus propias características y teme a la muerte aunque esta no puede dañar a quienes ya no existen.