3. 3y todos comieron el mismo alimento
espiritual, 4y todos bebieron la misma bebida
espiritual; porque bebían de la roca espiritual
que los seguía, y la roca era Cristo.
4. 18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y
sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las
puertas del Hades no prevalecerán contra
ella. 19Y a ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado
en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra
será desatado en los cielos.
5. 4El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque
todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad,
y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.
18De la Roca de su salvación. De la Roca que te
creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu
creador.
6. 1Bendito sea Jehová, mi roca, Quien
adiestra mis manos para la batalla, Y mis
dedos para la guerra; 2Misericordia mía y mi
castillo, Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado; El que
sujeta a mi pueblo debajo de mí.
7. 30¿Cómo podría perseguir uno a mil, Y dos hacer
huir a diez mil, Si su Roca no los hubiese vendido,
Y Jehová no los hubiera entregado? 31Porque la
roca de ellos no es como nuestra Roca, Y aun
nuestros enemigos son de ello jueces. 32Porque de
la vid de Sodoma es la vid de ellos, Y de los
campos de Gomorra; Las uvas de ellos son uvas
ponzoñosas, Racimos muy amargos tienen.
8.
9. 4Acercándoos a él, piedra viva, desechada
ciertamente por los hombres, mas para Dios
escogida y preciosa, 5vosotros también, como
piedras vivas, sed edificados como casa
espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios
por medio de Jesucristo.
10. 6Por lo cual también contiene la Escritura: He
aquí, pongo en Sion la principal piedra del
ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en
él, no será avergonzado. 7Para vosotros, pues,
los que creéis, él es precioso; pero para los que
no creen, La piedra que los edificadores
desecharon, Ha venido a ser la cabeza del
ángulo;
11. 8y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo
desobedientes; a lo cual fueron también
destinados.
12.
13. 33como está escrito: He aquí pongo en Sion
piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que
creyere en él, no será avergonzado.
16por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que
yo he puesto en Sion por fundamento una piedra,
piedra probada, angular, preciosa, de cimiento
estable; el que creyere, no se apresure.
14.
15. 21Y entraron en Capernaum; y los días de
reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba.
22Y se admiraban de su doctrina; porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los escribas.
16. 16Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es
mía, sino de aquel que me envió. 17El que
quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si
la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi
propia cuenta.
17. 9Cualquiera que se extravía, y no persevera en
la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que
persevera en la doctrina de Cristo, ése sí
tiene al Padre y al Hijo.
18.
19. H7564 rishá; que hace el mal,
delito, impiedad, maldad.
G763 asébeia; impiedad, maldad,
perversidad, impío, malvado.
G2150 eusébeia; de G2152;
piedad; esquema del evangelio
G2152 eusebés; bien reverente,
20. 3Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las
sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad, 4está
envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y
contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,
pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5disputas necias
de hombres corruptos de entendimiento y privados de
la verdad, que toman la piedad como fuente de
ganancia; apártate de los tales.
21. 1Pero tú habla lo que
está de acuerdo con
la sana doctrina.
22. 9Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus
amos, que agraden en todo, que no sean
respondones; 10no defraudando, sino
mostrándose fieles en todo, para que en todo
adornen la doctrina de Dios nuestro
Salvador.
23. 16Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina;
persiste en ello, pues haciendo esto, te
salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
24. 17Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los
que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que
os apartéis de ellos. 18Porque tales personas no
sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus
propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas
engañan los corazones de los ingenuos.
25.
26. 1Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que,
teniendo cauterizada la conciencia, 3prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que
Dios creó para que con acción de gracias
participasen de ellos los creyentes y los que han
conocido la verdad.
27. 8Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos. 9No os dejéis llevar de doctrinas diversas y
extrañas; porque buena cosa es afirmar el
corazón con la gracia, no con viandas, que nunca
aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
28. 8Este pueblo de labios me honra; Mas su
corazón está lejos de mí. 9Pues en vano me
honran, Enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres.
29. 11¿Cómo es que no entendéis que no fue por el
pan que os dije que os guardaseis de la levadura
de los fariseos y de los saduceos? 12Entonces
entendieron que no les había dicho que se
guardasen de la levadura del pan, sino de la
doctrina de los fariseos y de los saduceos.
30. 14Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que
tienes ahí a los que retienen la doctrina de
Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo
ante los hijos de Israel, a comer de cosas
sacrificadas a los ídolos, y a cometer
fornicación. 15Y también tienes a los que retienen
la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
Pérgamo
31. 1.- Doctrina de la prosperidad
2.- Doctrina del Cesacionismo
3.- Doctrina de los Fariseos
4.- Doctrina de los Nicolaítas
5.- Doctrina de Jezabel
6.- Doctrina de Balaam
7.- Doctrina de los Saduceos
33. 1De manera que yo, hermanos, no pude hablaros
como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo. 2Os di a beber leche, y no vianda;
porque aún no erais capaces, ni sois capaces
todavía, 3porque aún sois carnales; pues habiendo
entre vosotros celos, contiendas y disensiones,
¿no sois carnales, y andáis como hombres?
34. 4Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de
Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois
carnales?. 5¿Qué, pues, es Pablo, y qué es
Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis
creído; y eso según lo que a cada uno concedió el
Señor. 6Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento
lo ha dado Dios. 7Así que ni el que planta es algo,
ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
35. 8Y el que planta y el que riega son una misma
cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa
conforme a su labor.
9Porque nosotros somos colaboradores de Dios,
y vosotros sois labranza de Dios, edificio de
Dios.
36. 12Porque debiendo ser ya maestros, después de
tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os
vuelva a enseñar cuáles son los primeros
rudimentos de las palabras de Dios; y habéis
llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche,
y no de alimento sólido.
37. 13Y todo aquel que participa de la leche es
inexperto en la palabra de justicia, porque es
niño; 14pero el alimento sólido es para los que
han alcanzado madurez, para los que por el uso
tienen los sentidos ejercitados en el
discernimiento del bien y del mal.
38. 1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño,
hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
2desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella
crezcáis para salvación, 3si es que habéis gustado
la benignidad del Señor.
39. Leche
Vianda
Niño
Carnal
Celos
Contiendas
Disensiones
Necesidad de Rudimentos
Alcanzado Madurez
Espiritual
Maestros
Sentidos ejercitados en el
Discernimiento del bien y
del mal
Inexperto
40. 9¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará
entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los
arrancados de los pechos? 10Porque mandamiento
tras mandamiento, mandato sobre mandato,
renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito
allí, otro poquito allá;
41. 10Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella,
todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo,
todos los que os enlutáis por ella; 11para que
maméis y os saciéis de los pechos de sus
consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis
con el resplandor de su gloria.