El documento propone varias estrategias para prevenir el maltrato infantil en las escuelas, incluyendo conocer a los estudiantes, mantener información sobre situaciones pasadas, crear un contexto de participación saludable, y tener relaciones continuas entre los equipos educativos, estudiantes y padres. También recomienda configurar protocolos claros y flexibles, estar atentos al ciberacoso, y reducir la ratio de estudiantes por clase para mejor detectar y abordar casos de maltrato.