El documento describe los elementos fundamentales del patrón urbano barroco, que incluyen ejes y plazas concebidos bajo la premisa de simetría y perspectiva. El urbanismo barroco buscaba ordenar el desarrollo de las ciudades y expresar el poder del estado y la iglesia a través de la arquitectura monumental. En París, los nudos viales se definieron con plazas simétricas que ubicaban una estatua o monumento en el centro.