Un médico se encontraba en su consultorio en la ciudad de Azogues, Ecuador, cuando de repente recibió la visita de un pequeño duende. El duende le pidió al médico que lo revisara porque no se sentía bien. El médico examinó al duende y le diagnosticó una enfermedad. Luego le recetó algunas medicinas y le indicó cómo debía cuidarse, para que se recuperara pronto.