La membrana plasmática mantiene concentraciones diferentes de iones entre el citoplasma y el medio extracelular, lo que crea una carga eléctrica global negativa en el interior. Esto permite el flujo de iones a través de canales cuando se abren, siguiendo las leyes de la física como la ley de Ohm. Además, la membrana presenta propiedades pasivas independientes de cambios en la permeabilidad, que explican la propagación de señales eléctricas en la célula.