Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Mensaje Arzobispo Monseñor Botello 2015
1. NOS URGE APRENDER A DIALOGAR PARA RECONCILIARNOS
COMPARTIENDO EL
MENSAJE DE NUESTRO ARZOBISPO
12deJuliodel2015
Mons.JoséLuisChávezBotello
“Familiamisionera,santuariodevidaytransmisoradelaFe”
Nadie nace médico, empresario, artesano, músico o atleta; se requiere recorrer un camino de esfuerzo y aprendizaje con perso-
nas que realizan bien tal profesión u oficio; también se requiere para adquirir las actitudes y valores fundamentales para la vida
como el amor, la unidad, la justicia, la responsabilidad, el diálogo; nadie puede ser justo o tener mucho amor de un día para otro.
Los grandes problemas y conflictos familiares y sociales nos muestran un grave vacío de este aprendizaje; nos encandilamos por
lo inmediato y por intereses pasajeros descuidando lo fundamental y más importante.
Una herramienta eficaz para afrontar bien y solucionar muchos problemas es el diálogo; pero el diálogo auténtico tiene exigen-
cias, entre ellas, disponibilidad para buscar la verdad, el bien común y fortalecerlo. Sin disponibilidad no se avanza porque se
huye del esfuerzo y no se dedica el tiempo necesario; sin verdad, los problemas se agravan y hasta se cometen graves injustic-
ias; sin buscar el bien común, los encuentros se pervierten y aparecen alianzas de intereses, corrupciones en falsos "diálogos".
Así los grupos de corruptos, ladrones y criminales.
El diálogo auténtico no es para gritar o desahogarse echando en cara al otro sus defectos y errores, menos para dominar impo-
niendo lo que pensamos o queremos; encuentros así solo dañan, siembran divisiones, resentimientos, enemistades y hasta
odios. Quien aprende a dialogar, mientras se busque la verdad y el bien, no teme las diferencias, las diferentes maneras de
pensar o de actuar; al contrario, las respeta y valora porque el diálogo fincado en ese cimiento, además de afrontar mejor los
problemas o necesidades, lleva al acercamiento, a una mayor comprensión y confianza, al enriquecimiento mutuo.
Cuánto nos ayudaría aprender a dialogar en la vida desde la familia; es una necesidad para salvar vidas, matrimonios y fortal-
ecer familias, para mejorar ambientes de trabajo y comunidades. El diálogo auténtico es camino seguro para superarnos y ser
felices; no es complicado cuando se dialoga con sinceridad, desde el corazón; allí está la experiencia del noviazgo sano de
tantos buenos esposos y familias. Luchar, sacar tiempo y esfuerzo para ser mejores es mucho más importante que gastarnos por
obtener solo algo pasajero: cosas, bienes materiales, cargos o renombre.
Cuántas injusticias y atropellos flagrantes, cuánto trabajo y sufrimiento de miles de oaxaqueños hundidos en la pobreza por
injusticia social, cuánto dinero despilfarrado por corrupciones y malos servicios. Si aprendemos a dialogar buscando la verdad y
el bien común ante las decisiones importantes, veremos frutos, alcanzaremos la reconciliación y la paz social, sanaremos graves
heridas de nuestra sociedad. El deterioro grave de nuestra sociedad nos muestra la incapacidad de dialogar y nos exige apren-
der a dialogar a todos, en todos los niveles. ¡Hagámoslo ya, o nos hundiremos y dañaremos más!.
Para los creyentes, la oración es el mejor espacio para disponernos y aprender a dialogar, contemplando al Señor Jesús en sus
diálogos: con la Samaritana, con Zaqueo, con Mateo o la pecadora, con los discípulos en diferentes circunstancias, con los
fariseos.
Con mi saludo y bendición para todos.