Este documento enfatiza la importancia de que Dios gobierne la familia. Argumenta que cuando Dios ocupa el centro del hogar, la familia será sólida y exitosa. También destaca la necesidad de educar a los hijos en principios y valores bíblicos a través del ejemplo, y corregirlos cuando sea necesario. Finalmente, cita a Josué exhortando a servir solo a Dios y no a otros dioses, y comprometer toda la familia a servir al Señor.
Cualquier talento que una persona tenga, no justifica que ahora pueda tener malas actitudes en el servicio. Con las actitudes correctas, todos los esfuerzos de un servidor de Cristo van a lucir y todos sus talentos resultan en bendición para el reino de Dios.
La falta de compromiso con el Señor, tiene a muchos creyentes sirviendo a Dios de una manera tibia y negligente, lo cual es aborrecido por el Señor. La vida del hijo de Dios, debe establecerse sobre la base de un compromiso serio con el Señor.
El Señor quiere que entendamos lo que implica ser un siervo suyo y nos enseña esto en pasajes como Salmo 2:11 “Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
Cualquier talento que una persona tenga, no justifica que ahora pueda tener malas actitudes en el servicio. Con las actitudes correctas, todos los esfuerzos de un servidor de Cristo van a lucir y todos sus talentos resultan en bendición para el reino de Dios.
La falta de compromiso con el Señor, tiene a muchos creyentes sirviendo a Dios de una manera tibia y negligente, lo cual es aborrecido por el Señor. La vida del hijo de Dios, debe establecerse sobre la base de un compromiso serio con el Señor.
El Señor quiere que entendamos lo que implica ser un siervo suyo y nos enseña esto en pasajes como Salmo 2:11 “Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
Predicación del Domingo 22 de Septiembre 2013. COMENTA, EN POCAS PALABRAS, QUÉ APRENDISTES EN ESTA PREDICACIÓN.
A Zaqueo, un cobrador de impuestos despreciado por los judíos, Jesucristo le dice: " me es necesario que hoy mismo entre a tu casa". LA VIDA DE ESE HOMBRE CAMBIO A PARTIR DE ESE INSTANTE. Hoy mismo Jesucristo quisiera entrar a tú casa y traerte paz, armonía y amor entre los tuyos. ! Déjalo entrar!
La esposa del ungido (Ramona Estrada)-1-1(1).pdfRamona Estrada
Tenemos diferentes asignaciones del Padre, entre ellas ser hijas, ser esposas, ser madres, amigas, empresarias, etc. Como manejamos cada una de esas areas de manera salidable, de manera que honre a Papa, Dios.
Material de estudio para apoyo a quienes trabajan con familias en Células o Iglesias, cortesía del nuestro amado amigo Daniel Nelson...
Referencia: Obrero fiel
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
Guia de las cartas del tarot de el extraño mundo de jack.
Arcanos mayores y arcanos menores.
Primera guía cien porciento en español!
Con 5 tiradas para comenzar predicciones.
Aprende y utiliza este mazo para divertirte.
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
Mi casa y yo serviremos al señor
1. MI CASA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR
“Si Dios gobierna nuestra familia, tendremos la victoria en todo lo que emprendamos”
1. Lectura Bíblica: Josué 24:15; Salmo 127:1- 2
2. Objetivos:
2.1. Que al término de la reunión de los concurrentes de la Familia se comprometan a vivir y
servir a Dios.
2.2. Que al término de la reunión de los concurrentes de la Familia se comprometan a edificar
sus hijos en principios y valores.
3. Desarrollo del tema:
¿Cuándo una familia llega a ser sólida? Cuando Dios ocupa el primer lugar (Salmo 127:1, 2). La
crisis en la relación de pareja y en el trato con los hijos se produce cuando marginamos al
Señor de nuestra existencia y del núcleo familiar.
Como Dios ama la familia, a nuestro adversario espiritual, Satanás, le interesa generar
desestabilización. Un ejemplo claro lo encontramos con dos fundamentos: el primero, la
legislación cada vez más flexible para propiciar el divorcio—que golpea a los hijos, por
supuesto--, y de otro lado el aumento inusitado de comportamientos inmorales como el
adulterio.
3.1. Vivir para Dios
Si ha algo están llamados todos los componentes del hogar, es a vivir para Dios. Nos asegura
solidez pero además, crecimiento permanente. ¿Es posible? Por supuesto que sí. ¿En qué
momento? Cuando le abrimos nuestras vidas al Señor y permitimos que obre en nuestra
existencia.
Si nuestro amado Padre celestial ocupa el centro del hogar, estaremos alerta ante las señales
de que algo anda mal con el fin de que—con ayuda del Señor—apliquemos los correctivos
permanentes.
Vivir para Dios es parte de dejarnos transformar, aplicar principios y valores que renueven
nuestra forma de pensar y actuar, y desarrollar a partir de ese momento una buena relación
con el cónyuge y los hijos.
3.2. Educar en principios y valores
Si formamos nuestra familia bajo sólidos principios y valores, los que aprendemos de las
Escrituras, sin duda experimentaremos en conjunto cambio, y ligado a esa transformación,
crecimiento permanente en todas las áreas.
¿De qué manera generamos impacto en la familia, para transferir lo que hemos aprendido? A
través del ejemplo. Si vivenciamos a Cristo en nuestra cotidianidad, podemos aplicar
correctivos cuando algo anda mal en la relación de pareja, o cuando nuestros hijos cometen
errores.
2. Corregir a los hijos es necesario, como leemos en el libro de los triunfadores que es la
Biblia: “La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su
madre.”(Proverbios 29:15. La Biblia de Las Américas)
Cuando nos negamos a corregir los hijos, no solo cometemos un grave error, sino que además
estamos sembrando en ellos las semillas para el fracaso. A menos que se corrijan los errores a
tiempo, tendemos a cometer fallas mayores y por tal motivo, las consecuencias serán más
dolorosas.
3.3. O vivir para Dios o para la maldad
A las puertas de concluir una de las más grandes avanzadas para tomar la tierra prometida,
Josué el conquistador israelita dijo al pueblo en nombre del Padre celestial: “Yo te di tierra que
no habías trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y
huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste.”(Josué 24:13)
Si Dios ha sido tan especial con nosotros, debemos retribuirle. Es algo a lo que no estamos
obligados; lo hacemos por amor a Aquél que nos amó primero.
Es una determinación que cada uno de nosotros toma. Nadie nos obliga. Y si los padres lo
hacemos, sin duda lo hará nuestra familia. Por ese motivo, Josué se dirigió al pueblo en los
siguientes términos: “Por lo tanto, teme al Señor y sírvelo con todo el corazón. Echa fuera para
siempre los ídolos que tus antepasados adoraron cuando vivían del otro lado del río Éufrates y
en Egipto. Sirve únicamente al Señor. Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a
quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del
Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en
cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.”(Josué 24:14, 15. NTV)
El pasaje es breve pero altamente revelador porque plantea que es a Dios a quien debemos
servir—nosotros y nuestra familia--. Reconocerlo como nuestro Dios y disponernos para Él.
Una elección que nadie más que nosotros podemos tomar. Insisto, si lo hacemos, lo hará
también nuestro cónyuge y nuestros hijos.
Si volvemos la mirada a Dios, y Él gobierna nuestra vida y nuestra familia, tenemos asegurada
la victoria en la relación de pareja y también con nuestros hijos.
Jamás olvide que estamos llamados a velar por nuestro bienestar emocional, el de nuestro
cónyuge y el de nuestros hijos. Es una respuesta al amor de Dios que siempre ha tenido en Su
corazón a nuestros hogares. Tenga presente que es en el hogar donde nuestros hijos tienen la
primera aproximación al Señor, en donde se educan en principios y valores, y donde se sientan
las bases para que permanezcan en fidelidad a Él.
Preguntas para la discusión en grupo:
1. ¿Hay solidez en su familia?
2. ¿Qué impide que haya solidez y entendimiento en su hogar?
3. ¿Reina Dios en su familia?
4. ¿Ya dispuso que usted y su familia servirán al Señor?
5. Una meta: abrirle a Dios las puertas de nuestra familia, y dejarle que Él gobierne.