Punki era un niño tímido que no tenía amigos. Un día, cuando fue a la tienda, conoció a una niña llamada Celi. Aunque Punki se escondió apenado, Celi lo invitó a jugar con sus amigos. Al principio Punki se negó, pero luego cambió de opinión y descubrió lo hermoso de la amistad. Desde entonces, Punki sale todas las tardes a jugar con sus nuevos amigos.