Punki era un niño tímido que no tenía amigos y no le gustaba salir al bosque con los demás niños. Un día, cuando fue a la tienda, conoció a una niña llamada Celi que quería ser su amiga, pero Punki se fue corriendo apenado. Más tarde, Celi invitó a Punki a jugar con los demás niños, aunque al principio se negó, finalmente aceptó y desde entonces comprendió el valor de la amistad.