4. Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de
libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por
la blanca y mullida alfombra recién formada.
La hija del herrero tomando puñados de nieve con sus
manitas hábiles, se entregó a la tarea de moldearla.
Haré un muñeco como el hermanito que hubiera
deseado tener se dijo.
Le salió un niñito precioso, redondo, con ojos de
carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba
entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de
aquel invierno.
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5. Le hablaba, le mimaba...
Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los
rayos de sol mas cálidos... El muñeco se fundió sin dejar
mas rastro de su existencia que un charquito con
dos carbones y un botón rojo. La niña lloró con
desconsuelo.
Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno,
le dijo dulcemente: Seca tus lágrimas, bonita, por que
acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes que no
debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
fin
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15. Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro
por no poder alcanzar la orilla.
Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le
preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se
deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al
chivo a descender y probarla donde ella estaba.
Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le
preguntó a la zorra cómo harían para salir de allí.
Dijo entonces la zorra:
Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas
delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré
por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de ti
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16. Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando
hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir
del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido.
Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio, se volvió la zorra y
le dijo:
-- ¡Oye socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no
hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después!
MORALEJA:
Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías
salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus
vecinos
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