El modelo cliente-servidor es un tipo de sistema operativo microkernel en el que el núcleo establece la comunicación entre clientes y servidores de forma flexible, brindando solo funciones básicas como memoria, E/I, archivos y procesos. Los servidores deben tener mecanismos de seguridad filtrados por el núcleo, y la arquitectura es adaptable a sistemas distribuidos donde los clientes no necesitan saber si los servicios son locales o remotos.