Este cuento relata las experiencias de un hombre con ladrones que intentan entrar a su casa. En la primera ocasión, encuentra a un hombre durmiendo en el techo. Más tarde, descubre que este hombre y otros están robando sus pertenencias. En un enfrentamiento, el hombre golpea al ladrón. Posteriormente, observa a este ladrón y a otros dos comiendo en el patio. El cuento también incluye tres historias breves sobre personas que fingen estar muertas o enfermas para obtener dinero.
Las TIC en las comunidades tienen distintos usos, algunas mayores y algunos menores, es mejor saber para que no son utiles las TIC en nuestra comunidad para conocerla mejor.
Uso de las ti cs en diferentes ambitos y como contribuye a la solucion de pro...AlbertoRangel19
Tecnologías de Información y Comunicación. Es un término que se refiere a todas las tecnologías que permiten resolver problemas de información y comunicación.
Las TIC en las comunidades tienen distintos usos, algunas mayores y algunos menores, es mejor saber para que no son utiles las TIC en nuestra comunidad para conocerla mejor.
Uso de las ti cs en diferentes ambitos y como contribuye a la solucion de pro...AlbertoRangel19
Tecnologías de Información y Comunicación. Es un término que se refiere a todas las tecnologías que permiten resolver problemas de información y comunicación.
Los alcances de la investigación pueden ser clasificados en: exploratorios,
descriptivos, causa o explicativa.
La característica fundamental para cada uno de los tipos de investigación citados
anteriormente, según Aaker & George(1989) y Gómez (2010) es:
1. Descriptiva: Su objetivo central es la descripción de fenómenos, situaciones o
eventos. Busca especificar las propiedades importantes de personas, grupos,
comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis.
2. Experimental: Las variables son controladas y manipuladas por el
investigador, lo que da como resultado un control interno. El investigador ejerce
un gran control e interviene intencionalmente en el contexto para determinar el
efecto de esta intervención.
3. Explicativa: Esta van más allá de la descripción de situaciones o relación
entre variables. Explica por qué ocurren los fenómenos, en qué condiciones, por
qué se relacionan dos o más variables. Dentro de estas: los experimentos de
laboratorio, experimentos de campo y estudios de campo. En estas es
obligatorio el planteamiento de la hipótesis.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
1. EL RESUMEN
JORGE IBARGÜENGOITIA
(Guanajuato, México, 1928 - Madrid, 1983)
CUENTO DEL CANARIO, LAS PINZAS Y LOS TRES MUERTOS
La ley de Herodes y otros cuentos (1967)
El canario.
Vivía en una calle muy transitada, durante muchos años estuvo rodeada de selva, se convirtieron
en basureros, refugio de mendigos, lecho de parejas pobres o urgidas. Una noche estaba en la
sala de color tabaco leyendo una novela junto a mi madre, cuando sentí que algo estaba escalando
mi casa, ha de ser un gato –dijo mi madre, deje la novela y subí a la azotea para ver que había ahí,
al parecer era un gato entre la oscuridad, pero al verlo muy bien me di cuenta de que era un
individuo que estaba echando boca abajo en el tejado. — ¡Vámonos de aquí! —le dije. El hombre
se puso de pie. Llevaba un costal vacío. —Es que me subí a dormir aquí, porque abajo está muy
húmedo el piso. —No me importa que el piso esté húmedo. ¡Vámonos de aquí! El hombre
empezó a descolgarse por donde había subido. — Perdóneme —me dijo. El hombre camino a pie
de un árbol, cerré las ventanas del segundo piso y regrese a la sala. El segundo acto ocurrio seis
meses después. Había vaciado mi guardarropa y se había llevado cuatro trajes viejos, pasados de
moda y que me quedaban chicos, y unas veinte corbatas. A la mañana siguiente, envuelta en un
impermeable, exploré el solar de junto y guiándome por las huellas, encontré mis corbatas
abandonadas. Debo confesar que me ofendí bastante Tres días después de esto, mi madre, que
estaba sola en la casa, oyó pasos en la azotea, salió al patio, no vio a nadie, regresó a su cuarto y
encontró a un hombre con chamarra de cuero abriendo el cajón de la cómoda en donde tenía
guardados catorce pesos, — ¿Pero qué te estás creyendo? —Le dijo mi madre—. ¡Lárgate
inmediatamente si no quieres que te vaya muy mal El hombre salió corriendo.
Vuelvo a oír que alguien escala el muro, vuelve mi madre a decir que es un gato, vuelvo a subir a
la azotea, no encuentro a nadie, me doy media vuelta y descubro, atrás de la ventana por donde yo
acababa de salir, unos pelos negros, tiesos y grasosos, Voy al encuentro del ladrón, para decirle
que se vaya y lo veo salir Cuando yo iba a empezar a decirle que se fuera, me cerró la boca con el
puñetazo más fuerte que me han dado en mi vida. Estaba sangrando por la boca. Empecé a
pegarle y vi cómo se le estiraba el pescuezo como si fuera un gallo. Decidí arrojarlo al patio. Si se
caía al patio y se rompía una pierna, ¿cómo iba a poder sacarlo de la casa? No tenía la menor
intención de llamar a la policía, que me parece mucho más temible que todos los criminales de
México. Mientras yo reflexionaba, él había seguido pegándome “La próxima vez que yo esté
leyendo una novela y alguien escale el muro de mi casa”, me dije, “subo al segundo piso, abro la
ventana, y apoyado cómodamente en el re pisón, acribillo a tiros al asaltante”.
“La próxima vez que yo esté leyendo una novela y alguien escale el muro de mi casa”, me dije,
“subo al segundo piso, abro la ventana, y apoyado cómodamente en el re pisón, acribillo a tiros al
asaltante”. Poco después, subí al segundo piso y por la ventana lo vi; estaba sentado en un
montículo de cascajo sacando de la bolsa las medias noches y acomodándolas en hileras sobre el
periódico, que le servía de mente, Cuando el gordo le hizo una seña de invitación, el trapero cogió
2. una medianoche y empezó a comérsela, apareció un tercer personaje: una mujer que andaba
entre el matorral recogiendo varas secas para hacer leña. El gordo tomó una medianoche y se la
ofreció; ella dejó la leña en el suelo y se sentó a comer junto a ellos. Una mañana, cuando regresé
a México, estaba profundamente dormido cuando alguien tocó el timbre; eran las siete de la
mañana. Era el gordo que venía por su ajuar. Necesito ropa, patrón —me dijo mientras se los
guardaba.
Le dije que regresara en una semana, a ver si mientras le conseguía algo.
3. Los tres muertos
El primero fue el cuidador que dejamos en la casa cuando fuimos a pasar tres meses en otra parte
del país. Era un antiguo albañil, Meses después de haberse ido él vino su mujer a decirnos que
estaba muy enfermo y que necesitaba veinte pesos para las medicinas. Mi madre se los dio. Al
mes, la mujer regresó llorosa a pedir cincuenta para la caja.
El segundo muerto fue probablemente real. Había un viejo jardinero, con mal del pinto, que cada
seis meses tocaba el timbre de mi casa y me pedía trabajo. —Gracias —le decía yo—, pero
tenemos un jardinero que viene cada ocho días. Y el viejo se echaba al hombro su cortadora de
pasto y se iba. Volvió el pinto, lo contraté. Venía acompañado de un indio grandote, bigotón y muy
risueño, que era el que ahora cargaba la cortadora. Volvió el pinto, lo contraté. Venía acompañado
de un indio grandote, bigotón y muy risueño, que era el que ahora cargaba la cortadora.
El tercer muerto fue ficticio.
José Zamora es un plomero y electricista muy hábil, muy rápido y muy carero. Lo llama uno y en
media hora está el desperfecto arreglado y Zamora cobrando una suma exagerada. Un día pasó
repartiendo tarjetas en las casas de sus clientes. —Aquí le dejo, patrón, para que cuando se le
ofrezca algún trabajo sepa dónde encontrarme. Un día, llegó un joven desconocido a la casa y dijo,
tartamudeando: —Vengo de parte del maestro Zamora que dice que le manden cincuenta pesos,
prestados o regalados, porque a su hijo lo acaba de atropellar un camión y necesita dinero para lo
que se ofrezca. Cuando mi madre le explicó el episodio de los cincuenta pesos, Zamora dijo:
— ¡Qué infamia! ¡Cómo hay gente sinvergüenza!
Pero a los ocho días, mandó al hijo “atropellado” a pedir cincuenta pesos “a cuenta de trabajos
futuros”. Se los mandamos y después se cambió de casa sin dejar rastro y no hemos vuelto a
verlo.