El músculo esquelético está formado por numerosas fibras musculares compuestas de miofibrillas que contienen filamentos de actina y miosina. Estos filamentos le dan al músculo su característico aspecto estriado y permiten la contracción muscular a través de la interacción entre la actina y la miosina. El cuerpo humano posee unos 650 músculos esqueléticos que permiten el movimiento voluntario de las partes del cuerpo a través de la contracción muscular.