Caperucita llevó un ramo de flores y una canasta con comida para el cumpleaños de su abuela. En el camino se encontró con el Lobo Feroz, quien la siguió para averiguar dónde era la fiesta. En la celebración, el lobo se disfrazó de payaso para robar la torta, pero Caperucita lo descubrió por sus características físicas. La abuela invitó al lobo a compartir el pastel y cantar el feliz cumpleaños juntos.