El documento habla sobre la obsolescencia programada, que es cuando los fabricantes diseñan productos para que su vida útil sea limitada. Explica que originalmente las empresas hacían productos duraderos, pero luego se dieron cuenta que era más rentable diseñarlos para que se rompieran o se desgastaran más rápido, incentivando así el consumo continuo. Identifica tres tipos de obsolescencia programada: de función, de calidad y de deseabilidad. Finalmente, concluye que sería mejor reparar productos en lugar de desecharlos fácilmente