El cambio en la cultura de la movilidad, impulsado por la Ley de movilidad aprobada el pasado 30 de abril, busca que todos podamos compartir la calle, protegiendo la vulnerabilidad de los peatones. En ella no sólo se reconoce el Derecho a la movilidad, sino que establece la jerarquía de movilidad en donde el peatón es la prioridad. Además, crea un programa integral de seguridad vial y el monitoreo permanente de los cruceros peligrosos de la ciudad para que se mandate al gobierno a que gaste en beneficio del peatón y no sólo de los automóviles.