Pablo tuvo antecedentes como fariseo que perseguía ferozmente a la iglesia primitiva, pero fue llamado por Dios para convertirse en ministro y testigo de Jesucristo. Su llamado tuvo el propósito de predicar el evangelio tanto a judíos como gentiles, basándose en sus propias experiencias con el Señor resucitado. Como parte de su labor misionera, Pablo plantó iglesias en toda el área del Mediterráneo oriental, desde Jerusalén hasta Iliria, anunciando a Cristo crucificado y