La película analiza las diferencias entre la vida en la ciudad y en el campo a través del ejemplo de Londres y Provenza. Mientras que la vida en Londres es apresurada y egocéntrica, la vida en Provenza es más tranquila y comunitaria. Además, critica cómo las ciudades se han vuelto centros comerciales que han perdido su valor como lugares para vivir y desarrollarse de forma social y cultural.