La percepción del color depende de la longitud de onda de la luz que incide sobre los objetos y es detectada por los receptores de la retina humana. Los seres humanos tienen tres tipos de receptores que detectan las longitudes de onda correspondientes al rojo, verde y azul, lo que permite distinguir una amplia gama de colores. Algunos animales tienen más o menos tipos de receptores, variando su capacidad de distinguir colores.