El documento describe las creencias y rituales de sacrificio de la cultura Moche de la costa norte del Perú. Los Moche adoraban a la Luna, el Mar y realizaban ceremonias de sacrificio donde guerreros de la élite luchaban y el ganador desangraba al perdedor, ofreciendo su sangre a los dioses. Los participantes en el ritual eran enterrados en templos. La cultura Moche se extendió por varios valles peruanos y tuvo su núcleo principal en el valle del río Moche, donde se encontraban las Huacas
Comparación entre las tumbas Moche del Señor de Sipán, la Dama de Cao y la Sacerdotisa de San José de Moro, con las Escenas del Enterramiento y Sacrificio
The following PPT Presentation shows an inquiry made by students from El Cultural American School about the Chavin culture, an antique civilization from Peru.
Los hallazgos arqueológicos han confirmado la existencia de sacrificios humanos rituales representados en cerámicas de la cultura Moche (100-750 d. C.) del norte de Perú, que hasta hace poco se consideraban narraciones mitológicas. Revisamos los datos arqueológicos y etnohistóricos sobre los sacrificios moche, y tratamos de identificar las semillas y las plantas con propiedades psicoactivas empleadas durante tales ritos.
Los datos etnohistóricos procedentes de diversas crónicas del Nuevo Mundo del siglo XVI indican que las semillas de hamala (de la especie Nectandra) eran empleadas por sus propiedades analgésicas, sedantes, narcóticas y anticoagulantes, y que el chamico o estramonio embriagaba a quien lo tomaba. Existieron dos tipos de rituales moche: los sacrificios como ofrendas a la divinidad y los castigos ejemplares. Se practicó el acto de degollar, el desmembramiento y el sacrificio por despeñamiento en las montañas. El sacrificio moche formaba parte de un complejo y elaborado ritual: la captura de los prisioneros, su desfile atados con sogas en el cuello, la entrega de ofrendas, la preparación de los oficiantes y del pueblo, la consumación del sacrificio y la presentación de la sangre en una copa al sacerdote. Los sacrificios humanos formaban parte de las ceremonias propiciatorias de culto a la divinidad para favorecer la fertilidad humana, las buenas cosechas y mantener la abundancia de agua para la irrigación de los valles.
Bibliográfica:
Semillas psicoactivas sagradas y sacrificios rituales en la cultura Moche F.J. Carod-Artal, C.B. Vázquez-Cabrera
Catitllo,La gesta del Guerrero
Comparación entre las tumbas Moche del Señor de Sipán, la Dama de Cao y la Sacerdotisa de San José de Moro, con las Escenas del Enterramiento y Sacrificio
The following PPT Presentation shows an inquiry made by students from El Cultural American School about the Chavin culture, an antique civilization from Peru.
Los hallazgos arqueológicos han confirmado la existencia de sacrificios humanos rituales representados en cerámicas de la cultura Moche (100-750 d. C.) del norte de Perú, que hasta hace poco se consideraban narraciones mitológicas. Revisamos los datos arqueológicos y etnohistóricos sobre los sacrificios moche, y tratamos de identificar las semillas y las plantas con propiedades psicoactivas empleadas durante tales ritos.
Los datos etnohistóricos procedentes de diversas crónicas del Nuevo Mundo del siglo XVI indican que las semillas de hamala (de la especie Nectandra) eran empleadas por sus propiedades analgésicas, sedantes, narcóticas y anticoagulantes, y que el chamico o estramonio embriagaba a quien lo tomaba. Existieron dos tipos de rituales moche: los sacrificios como ofrendas a la divinidad y los castigos ejemplares. Se practicó el acto de degollar, el desmembramiento y el sacrificio por despeñamiento en las montañas. El sacrificio moche formaba parte de un complejo y elaborado ritual: la captura de los prisioneros, su desfile atados con sogas en el cuello, la entrega de ofrendas, la preparación de los oficiantes y del pueblo, la consumación del sacrificio y la presentación de la sangre en una copa al sacerdote. Los sacrificios humanos formaban parte de las ceremonias propiciatorias de culto a la divinidad para favorecer la fertilidad humana, las buenas cosechas y mantener la abundancia de agua para la irrigación de los valles.
Bibliográfica:
Semillas psicoactivas sagradas y sacrificios rituales en la cultura Moche F.J. Carod-Artal, C.B. Vázquez-Cabrera
Catitllo,La gesta del Guerrero
1. La divinidad animadora o hacedora se llamaba Aia'paec (poderoso), adoraban a la Luna (si), al Mar (ni).El eje de las creencias residía en la ceremonia del sacrificio, Hocquenghem (1987) la nombra así y Donnan (1975) ceremonia de presentación de las copas ceremoniales a una divinidad.Se iniciaba con combates rituales donde se enfrentaban guerreros de la elite Mochica uno por cada bando. En el arte Moche no se ve el cabello del hombre. Un guerrero era derrotado cuando perdía su tocado; lo despojaban de sus ropas, le pasaban soga al cuello y lo presentaban ante un guerrero de elevado mando.Algunos eran condenados a ser arrojados desde adoratorios que se erigían en lo alto de los cerros. Otros eran llevados a las islas guaneras.Los principales eran desangrados, siendo recogida la sangre en copas, que alcanzaba la sacerdotisa al gran sacerdote y bebida por el dios-hombre como fuente de vitalidad y fecundidad.Al morir cada uno de los que participaban en este ritual, eran enterrados en el templo donde se realizaban la ceremonia del sacrificio, llevándose a la tumba los objetos usados en el ritual.Este fue desarrollado con el objeto de conservar el cosmos o restablecerlo, dándole orden, valor y sentido. Esta iconografía, la que se creía producto de la imaginación de los moches, con las excavaciones arqueológicas se ha demostrado que fueron copias de hechos reales, logrando identificar al Señor de Sipán, El hombre pájaro y el sacerdote fueron encontrados en Huaca Rajada. La sacerdotisa en San José de Moro. Los dibujos han permitido reconocerlos ya que fueron enterrados con los mismos atavíos con los que los dibujaron. Para denominar esta gran cultura, existen muchos nombres, Max Uhle, la denominó “Cultura Proto Chimú”, Julio C. Tello la denomina “Cultura Muchik” y los arqueólogos modernos prefieren denominarla “Cultura Moche” o “Cultura Mochica”. La zona de influencia, comprende los valles de los ríos La Leche, Reque, Saña (Lambayeque), Chicama, Moche, Virú (La Libertad), Santa, Nepeña, Casma y Huarmey (Ancash). Tuvo “penetraciones en la sierra de Cajamarca (Pacopampa) y Áncash” (R. Matos). El área directa de influencia es de aproximadamente 7.000 kilómetros cuadrados. Las primeras aldeas del formativo de esta cultura se encuentran ubicados en la desembocadura del río Jequetepeque, en el lugar denominado Dos Cabezas; en este lugar aparece la cerámica doméstica de estilo Virú, conjuntamente con cerámica ritual Mochica. El núcleo principal de esta cultura estuvo asentado en el valle del río Moche. Ahí se asentó una ciudad sagrada y la sede del gobierno Mochica. Los principales restos de esta ciudad son las Huacas del Sol y de la Luna. Otros asentamientos importantes son Galindo y Pampa Grande. Según Julio R. Villanueva Sotomayor, la minoría urbana (10.000 habitantes) dominaba a la mayoría campesina (300.000 habitantes) y les exigía tributos en especies y trabajo.