El Plebiscito Nacional de 1988 en Chile permitió que los ciudadanos decidieran si Augusto Pinochet continuaría como presidente hasta 1997. El resultado fue de 44,01% a favor y 55,99% en contra, por lo que Pinochet aceptó convocar elecciones democráticas al año siguiente. La oposición hizo una mejor campaña con mensajes sobre la mala situación económica y los derechos humanos, lo que llevó a la mayoría a votar "No". Esto marcó el inicio de la transición a la democracia en Chile.