La belleza es fundamental para el desarrollo humano. Los niños nacen con la capacidad de percibir la belleza a nivel biológico y espiritual, y a medida que crecen desarrollan su capacidad de apreciar la belleza no solo visual sino también a través de otros sentidos. La contemplación de la belleza nos permite experimentar momentos de revelación y elevarnos hacia lo sublime, cambiando nuestra perspectiva de la vida. La belleza nos infunde entusiasmo, alegría y asombro, y nos ayuda a no caer en el