El documento discute la falta de políticas gubernamentales sobre el uso de redes sociales en Perú y cómo esto lleva a una gestión arbitraria. También analiza cómo las audiencias ciudadanas ahora son más empoderadas y sensibles a la comunicación digital, y propone que el gobierno debe establecer estrategias y canales de comunicación abiertos para interactuar mejor con los ciudadanos a través de las redes sociales.