2. Mito de el fuego
EL DELGADO UMBRAL ENTRE LA HISTORIA Y LOS MITOS
En las selvas amazónicas de las fronteras entre el Ecuador y el Perú, tiene su territorio la cultura de los
Shuar, a quienes los conocemos bajo el nombre que les dieron los colonizadores españoles del siglo
XVI: los “Xíbaros”, lo cual perece significar la bestialidad humana más profunda. La disminución de
cabezas arrancadas a sus enemigos, la terrible “tzantza”.
Los Jíbaros, «Shuar», pueblo de la Amazonia ecuatoriano'peruana, han logrado mantener su
independencia política y cultural desde tiempos precolombinos
Desde tiempos prehispánicos, se tenían noticias de que los Shuar habían resistido los intentos de
sojuzgamiento por parte de los Incas. Se tiene registrada una historia que data de 1490, en la que las
avanzadas andinas fueron derrotadas por este indómito pueblo de la selva. Decenios después, en el
año de 1549, toca a los colonizadores españoles el ser vencidos por los Shuar, quienes además realizan
una incursión a los puestos avanzados hispánicos, y dejando tras de sí cadáveres enemigos, mientras
tomaban como prisioneros a niños y mujeres españoles, de quienes nunca se volvió a tener noticia.
Cincuenta años más tarde, en 1599, los Shuar expulsan a las huestes y avanzadillas ibéricas de toda la
región del alto Amazonas ecuatoriano. Desde entonces y hasta inicios de la década de 1960 (es decir,
360 años más tarde) los Shuar, conocidos también como pueblo “Aguaruna”, vivieron en el aislamiento
completo.
Una de las costumbres de los Shuar que originaron y siguen originando sensaciones inquietantes, es la
tzantza, la reducción de cráneos humanos, y que les ha valido la etiqueta siniestra de ser unos
cazadores de cabezas que representan la barbarie, el estado casi animal que puede alcanzar cierto
pueblo. Comprender la mentalidad de los llamados Jíbaros (no todas sus tribus realizan la “Tzantza”)
es ir contra esos prejuicios hacia los Otros y, también, comprender las maneras contrastantes en las
que los seres humanos producimos cultura.