Antonio Huertas y Iñaki Ortega proponen una "economía del envejecimiento" para abordar los problemas del sistema laboral causados por el envejecimiento de la población. Sugiieren aprovechar el talento y la buena salud de los mayores de 55 a 75 años manteniéndolos en el mercado laboral a través de incentivos fiscales, formación continua y flexibilización de horarios. También piden concienciar a empresas y trabajadores para adaptarse a esta nueva realidad demográfica.