El documento describe cómo la tecnología ha permitido una hiperconexión global que transforma el espacio y el tiempo. Vivimos en una "aldea global" con convergencias sociales, culturales y políticas. Los mundos virtuales representan una "edad posteléctrica" que es el nuevo hábitat del hombre. Aunque hay una semiosis ilimitada, también existe un deseo de control sobre la información en la web.