Un electrocardiograma (ECG) mide la actividad eléctrica del corazón a través de electrodos colocados en la piel. Esto permite evaluar el ritmo cardíaco, detectar cualquier daño en el corazón y determinar cómo afectan las drogas al corazón. El ECG es útil para diagnosticar enfermedades cardíacas congénitas en niños. Mide los impulsos eléctricos generados por el nódulo sinusal en el corazón para evaluar si hay problemas que causen latidos irregulares.