1. PRESENTACION UNIVERSO INTERIOR
Hermano Mayor, compañeros de Junta de Gobierno, Don Luis Serrano, Hermanos y
hermanas todos.
Corresponde a este Diputado Mayor de Gobierno abrir las puertas de esta Exposición
fotográfica organizada por nuestra Hermandad de los Estudiantes, con la inestimable
colaboración de su autor, Don Luis Serrano y con el indispensable respaldo y acogida
de la Universidad de Sevilla, verdadera Alma Mater de nuestra Corporación.
Y abrimos simbólicamente estas puertas para que el Martes Santo se haga presente hoy
y ahora en nuestra Universidad. Porque hoy es Martes Santo. Como por un encanto
divino en el Vestíbulo del Rectorado se siente el rumor de nazarenos, se huele el aroma
de tarde grande en Sevilla, se vive la esencia de un pueblo cuyo fervor mueve a sus
Titulares por sus calles y plazas.
Dicen que la imagen es el reflejo del alma de las cosas, y esta sentencia se nos hará
presente muchas veces a lo largo del recorrido por esta exposición fotográfica. Porque
es una exposición viva, con alma, con latidos de verdad que sobrepasan el papel
impreso y se quedan prendidos en el sentimiento del espectador.
Cuentan que los antiguos exploradores de finales del siglo XIX, que al adentrarse en la
selva y contactar con los nativos de la zona, éstos no deseaban ser fotografiados por
aquellos hombres extraños y por aquellos indescifrables aparatos que capturaban
imágenes. Pensaban que al hacerse una fotografía el alma quedaría presa de la misma y
que la perderían irremisiblemente por toda la eternidad. Este concepto supersticioso y
primitivo para algunos, fruto de la ignorancia para otros, tiene mucho de verdad a poco
que nos paremos a pensar. Lo que le da verdadero valor a las imágenes capturadas es el
alma que se encierra en ellas. Si no fuera porque tienen alma no serían generadoras de
sentimientos y no pasarían de ser un mero ornamento.
Pero no es el caso que nos ocupa hoy. Una tarde de Martes Santo se nos coló en el
Rectorado un “ladrón de almas”. Nadie lo vio. Nadie reparó en su persona. Pero poco a
poco, instante a instante, rincón tras rincón, fue coleccionado retazos del alma de
nuestra Hermandad. Si de verdad quieren ustedes conocer la verdad de nuestra
Hermandad deténganse en las imágenes que van a contemplar desde esta tarde en el
corazón mismo de la Hispalense. La verdad desnuda, sin tratamientos artificiosos,
verdad mostrada a la cámara tal como es, sin poses falsas ni artificios elaborados. Al
natural, como el arte mismo, como la vida misma.
Fundiéndose con la piedra, utilizando espacios estratégicos, camuflándose en el paisaje,
el autor consiguió hacerse invisible y mostrarnos la realidad de las cosas. La realidad de
todos lo que acontece entre estos muros la tarde con la que soñamos todos los
universitarios. Fruto de esa discreción, Luis ha conseguido plasmar lo que aquí
acontece, al natural. Sin aditamentos inútiles ni tergiversaciones enmascaradoras.
Y aquí estamos. Tal cual somos. Algunos pensarán que estas imágenes no deberían ver
la luz, pero la luz de los ojos del visitante es lo que les va a devolver a la vida a los
momentos mágicos que cada Martes Santo los Hermanos de los Estudiantes revivimos
en este lugar. Esto es lo que somos. Ni más ni menos. Estamos ante el espejo de nuestra
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2. propia alma. Y siendo cofrades universitarios orgullosos de su Fe, no hemos de temer
por mostrarnos tal cual somos. Fe, tradición, familia, fervor, devoción, amistad,
colaboración, seriedad, pasión, austeridad, y así hasta mil palabras, todas resumidas en
una sola imagen. ¿Y porqué no mostrarlo? ¿Porqué no hacer público nuestro más intimo
momento de recogimiento? Porque creemos en lo que hacemos y lo hacemos de verdad,
porque no fingimos, podemos mostrarnos sin rubor.
Recuerdo una mañana que bajaba nuestro Hermano Mayor de las oficinas del Rectorado
tras realizar diversas gestiones dentro de las magníficas relaciones que unen a nuestra
Corporación con la Universidad de la que forma parte. En el rellano del Paraninfo le
abordó un hombre que se identificó como el fotógrafo de nuestra Universidad y le habló
al Hermano Mayor de una colección de fotos que tenía sobre la Hermandad. Bastó con
que sacara una sola foto del cartapacio que portaba para que los ojos de nuestro
Hermano Mayor se abrieran en su máxima expresión. Era una foto en glorioso blanco y
negro. Unos nazarenos formados milimétricamente y portando en su mano derecha un
cirio blanco se alineaban en el inconfundible primer patio de nuestra Universidad. En
medio un decidido diputado avanzaba entre la fila, con la mirada levemente caída a su
derecha, como revisando el cuerpo de nazarenos y en actitud de avanzar hacia la calle,
ante una inminente salida. Esa foto saltó de las manos del fotógrafo para quedarse
grabada a fuego en la mente de los presentes. Sin solución de continuidad fueron
apareciendo diversas instantáneas a cual más grandiosa. Eran trozos de vida atrapados
en el papel. Eran nuestros hermanos llenando de contenido y presencia los pasillos y
patios del Rectorado. No nos podíamos resistir a mostrar tan bella obra de arte.
Y esta exposición tiene también otro porqué. La Hermandad, universitaria por
convicción, desea mostrar al mundo sus esencias más puras. La implicación intima que
existe entre la Fe en un Dios amoroso que sale al encuentro de sus hijos, y una Cultura
que celebra en nuestra tierra con inusitada pasión los misterios de la vida. Fe y Cultura,
ese es nuestro lema. Fe y Razón, equilibrio necesario para el desarrollo humano. Como
dijo nuestro venerado Santo Padre Juan Pablo II al comienzo de su encíclica homónima
“La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano
se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre
el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo
y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo”. Pues ese es el
motivo de esta muestra: mostrar la verdad íntima de esta Hermandad que se materializa
en un milagro humano de piedad cada Martes Santo y desde esa verdad, elevar el
espíritu del espectador para depositarlo amorosamente en las acogedoras manos del
Padre, que se encargará de iluminar con su Espíritu el alma de todo aquel que lo
invoque.
Fe y Cultura, equilibrio entre el ser y el actuar. Conciliar lo que realmente somos con la
transmisión de esa vivencia en le mundo que vivimos. Esta exposición es heredera de
esa otra permanente que se concita en las paredes de nuestra Casa de Hermandad. Los
tiempos cambian pero a ningún hermano de los Estudiantes le resultan extrañas las fotos
de nazarenos formando en los patios de la Universidad. Sea en Laraña, o en la Fábrica
de Tabacos. El tiempo se detiene y el martes santo se convierte en eterno.
Y esta exposición tiene vocación de permanencia. Con motivo de la misma se ha
editado un catálogo que en las manos del espectador se configura como una pequeña
joya de nuestra Semana Mayor. Y es también una inversión de futuro. En esta
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3. publicación se concitan dos personas jóvenes con gran presente artístico, pero con un
glorioso porvenir que les aguarda en sus respectivas artes. Por un lado la recopilación
del magistral acercamiento a nuestra Hermandad que ha realizado Luis Serrano. Como
todo lo bello pretendemos aprehenderlo, encerrarlo para nuestro disfrute privado en
cualquier ocasión, y las páginas del catálogo serán un magnífico momento para revivir
una y otra vez mágicos momentos de un Martes Santo. Y por si ello fuera poco, estas
imágenes se acunan entre los textos de Lutgardo García Díaz, que con acierto y
precisión médica intenta atenazar en unas pocas palabras toda la verdad que encierran
estas fotos. Dos nombres que en un futuro serán recordados por sus aportaciones
gráficas y literarias y que se concitan en esta obra, que será un inexcusable referente en
cualquier biblioteca que pretenda aunar obras de calidad artística.
Y termino para no ser excesivamente largo ya que a los buenos presentadores nadie los
recuerda, a los malos nadie los olvida. Simplemente para quedarnos con una última
foto. La que ilustra la portada del catálogo de la exposición y que en breve podrán
disfrutar en sus manos. En ella un costalero de nuestra Hermandad se afana en ajustar la
faja de otro compañero. Un rictus de esfuerzo ayuda a los enérgicos brazos a tensar la
faja. Al fondo una pizarra conserva los restos de una lección olvidada en clase. Pues es
en una clase donde se preparan estos esforzados de la trabajadora. Dos detalles de esa
foto. El primero viene a cuento por si alguien duda de la vida que existe encerrada en
esa foto. La pizarra se completa con nombres de escritores sudamericanos: Houssay,
Bioy Casares Victoria Ocampo (en una más que probable deliciosa lección de filología
sobre la narrativa sudamericana). ¿Quién le iba a decir a uno de esos dos costaleros que
casi un año más tarde de esa escena estaría en esa misma tierra sudamericana viviendo
la pesadilla de los terremotos de Chile? Y ante esa terrible experiencia que nos ha
contado de soledad y abandono, la mano de su Cristo de la Buena Muerte cruzó el
Atlántico en forma de mensaje de aliento para aferrarle a la vida y darle esperanza y
animo en esos momentos. Hay mucha más vida en esa foto más allá de la imagen que
vemos.
Y un segundo detalle. Esa foto es el compendio de toda la discusión filosófica del
diálogo Cultura y Fe. Por un lado un centro universitario, abierto a la diversidad y a la
búsqueda de la verdad, moderno, avanzado, que acoge entre sus muros armoniosamente
una manifestación de religiosidad popular, verdad para los que la viven y participan,
realidad cultural para el espectador que se acerca a ella huérfanos de los ojos de la Fe. Y
ese dialogo Fe Cultura ha de ser como la acción de esos dos costaleros un equilibrio
perfecto entre tensar las posiciones para que lo verdaderamente importante quede bien
fajado, seguro y protegido de las inclemencias del día, pero sin forzar la faja para que
esta no se rompa.
Hora es de disfrutar con esta bella exposición y con el compromiso de la Hermandad
con su Universidad de acercar al mundo académico la realidad de nuestro ser. Citaremos
como colofón a una de las grandes retratistas y fotógrafas de nuestro tiempo: Anne
Leibovitz «La fotografía te da licencia para explorar». Pues están invitados, salgan y
exploren que buen seguro se encontrarán a sí mismos. Muchas gracias.
José Ignacio del Rey Tirado.
Sevilla, 11 de marzo de 2.010
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