El documento describe cómo el rey Josías de Judá eliminó la idolatría y las malas prácticas religiosas que habían sido introducidas por sus predecesores. Cuando tenía 20 años, destruyó todos los ídolos y altares paganos. A los 26 años, ordenó reparar el templo y allí se descubrió el Libro de la Ley que había estado perdido durante mucho tiempo.