El Principio 90/10 establece que solo el 10% de los eventos de la vida están fuera de nuestro control, mientras que el 90% restante depende de cómo reaccionamos. Un ejemplo muestra cómo una reacción negativa a un derrame de café podría arruinar el día, mientras que una respuesta más positiva podría evitar problemas. Aplicar este principio permitiendo reacciones más compasivas en lugar de enojadas puede mejorar significativamente la calidad de vida.