La propaganda se define como la manipulación y manejo de las opiniones y sentimientos colectivos basándose en la sugestionabilidad e irreflexividad de las actitudes y creencias personales. Existen diferencias éticas entre la propaganda con fines informativos o formativos caracterizada por la tolerancia, y la propaganda con fines manipuladores de conciencias y comportamientos. La finalidad moderna de la propaganda es cada vez más la de persuadir masas a suscribir posiciones deseadas, diferenciándose del pasado en su capacidad de persuasión.