Los huesos tienen propiedades físicas como tenacidad, dureza, flexibilidad y elasticidad. La tenacidad se debe a la fuerza de atracción entre las moléculas que componen el hueso. La dureza resulta de la alta densidad y atracción molecular que los hace resistentes a la penetración. Los huesos también son flexibles y elásticos, pudiendo desviar fuerzas mediante deformaciones que luego revierten para recuperar su forma original, aunque esta elasticidad se reduce con la edad al acumular más calcio.