La danza clásica surgió durante el Renacimiento en las cortes reales europeas y se profesionalizó en Francia durante el reinado de Luis XIV con la apertura de la primera escuela de danza. Requiere una gran concentración, precisión de movimientos, elasticidad y fuerza adquirida mediante un riguroso entrenamiento. El vestuario, como las puntas de ballet, es fundamental para apreciar los movimientos aunque puede ser doloroso. Algunos de sus más grandes exponentes fueron Vaslav Nijinski, Anna Pavlova y Rudolf N