El documento argumenta que el concepto de inteligencia se ha utilizado para estigmatizar y limitar a las personas en función de su edad, gustos o género. Señala que existen diversos tipos de inteligencia y que las herramientas o la edad no determinan quién es más inteligente. Propone que los docentes reconsideren su enfoque educativo para desarrollar las capacidades cognitivas de los niños utilizando las tecnologías disponibles en lugar de enfocarse solo en la memorización.