En 1949, Gustavo Toro abrió un pequeño almacén de telas y confecciones en Medellín llamado Almacenes Éxito junto con dos amigos. Siguiendo los principios de precios bajos y máxima atención al cliente, el negocio prosperó, por lo que Toro invitó a sus diez hermanos a unirse a la sociedad. Para evitar conflictos debido al tamaño de la familia involucrada, se establecieron claramente las funciones y responsabilidades de cada uno desde el inicio.