Tras una relación sexual sin protección, pueden aparecer infecciones de transmisión sexual como granos, llagas, flujo vaginal anormal u otras lesiones. Estas infecciones se pueden diagnosticar mediante pruebas de sangre u otros análisis y, de no tratarse, pueden causar problemas como embarazos ectópicos, esterilidad o cáncer. El uso correcto de preservativos es una de las formas más efectivas de prevenir las infecciones de transmisión sexual.