El poema recuerda una tarde en la que el autor escuchó a Don Manuel recitar una letanía, lo que le hizo pensar en tiempos pasados de luto y sacristía. Describe cómo los actos más preciados son aquellos refrendados en la vicaría con la liturgia y el canto acostumbrados, así como las oraciones y rezos sagrados y piadosos. Estos actos incluyen procesiones de Semana Santa y romerías, bodas, funerales y pregones, que siempre incluyen símbolos como Cristo o María, que representan em