El niño le pregunta a su padre cómo puede aprender a vivir. El padre le explica que la vida es como las estaciones del año, cada una con sus propias características y retos. La primavera representa la niñez, el verano la adolescencia, el otoño la madurez y el invierno los mayores desafíos. Cada estación es necesaria para mantener el equilibrio natural, y en la vida también habrá que enfrentar diferentes etapas y circunstancias. Para aprender a vivir, hay que aceptar los cambios