Este documento describe una manifestación del Día Internacional de la Mujer en Nueva York donde la autora participó. La marcha comenzó pacíficamente con mujeres gritando consignas a favor de la igualdad, pero luego la policía intervino y hubo disparos que dejaron cientos de mujeres muertas en la calle. Aunque la autora logró esconderse, presenció la masacre. Desde entonces, cada 8 de marzo sale a manifestarse para honrar a las mujeres caídas y continuar su lucha por la justicia de género.