1. VOZ Y MOVIMIENTO
Órgano de difusión de Centro Político Mexicano
Año 15. N. 162. Febrero de 2013
1
En éste número:
Ø La importancia del tejido social
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2. VOZ
Y
MOVIMIENTO
Órgano
de
difusión
de
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Polí5co
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Edith
Barriga
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EDITORIAL
En éste número abordaremos la importancia del
tejido social, en virtud de que consideramos que es
urgente que se comiencen a implementar acciones
que comiencen a sanar a nuestra lastimada
sociedad.
Por supuesto que sanar a la sociedad mexicana ha
de pasar por la aplicación de la justicia, por el
resarcimiento de daños; pero también por encontrar
maneras que nos permitan relacionarnos desde un
lugar de comprensión, de ayuda, de reconocimiento
del otro. Un lugar que nos permita movernos hacia el
otro con la consciencia de que, lo que le sucede, no
es y no puede, sernos ajeno.

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LA IMPORTANCIA DEL TEJIDO SOCIAL
El tejido social es todo un conjunto de redes que
vamos armando los seres humanos y que pueden
ser personales, estructurales, formales y funcionales.
Dichas redes pueden provenir, en ocasiones, de
asociaciones formales o de iniciativas de ciudadanos
que tienen fines o problemáticas similares, pero las
más de las veces, se van formando de manera
paulatina, con la convivencia, el trato, el coincidir en
los lugares, etc. Cualesquiera que sean las formas
que adopte, el tejido social es muy importante para
las comunidades porque es lo que posibilita que una
sociedad tenga opciones, que luche por hacer valer
esas opciones. La sociedad, de hecho, está
conformada por el tejido social: si éste enferma o se
rompe, la sociedad misma se convierte en una
sociedad enferma o rota.

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Cada uno de nosotros, con nuestra familia, con
nuestros amigos, con los grupos en los que
participamos (sean educativos, terapéuticos,
políticos, de conocimiento o de esparcimiento)
formamos cada día una parte de ese importantísimo
tejido social.
Cuando la convivencia se ve afectada (como es el
caso de nuestro querido México) por la violencia, el
tejido social se va resintiendo y, en los casos más
graves rompiendo.

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Pensemos, por ejemplo, en todas esas familias que
han sido lastimadas por la pérdida o desaparición de
algún ser querido, pensemos en esos lugares en
donde la inseguridad ha hecho que la gente no pueda
salir a las calles apenas comienza a oscurecer.
¿Cómo podría formarse o reestructurarse el tejido
social si las condiciones siguen siendo tan hostiles?
Una comunidad en la que resulta peligroso salir a
convivir a cualquier lugar es una comunidad en la que
sus miembros se van aislando paulatinamente lo cual,
además, los va dejando en un estado de indefensión
mayor: aunque los demás estén pasando por lo
mismo, no se habla y, por ende, no hay forma de
plantear soluciones.

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L a f a m i l i a e s ,
probablemente, una de
las mayores fuentes de
v i t a l i d a d d e u n a
s o c i e d a d ; p e r o e l
Estado ha sacado de su
radar a la familia. En el
c o n t e x t o d e l
capitalismo, y ahora la
globalización, el Estado
d e j ó d e b r i n d a r
b i e n e s t a r a l o s
c i u d a d a n o s :
recordemos que antes
d e l l l a m a d o
neoliberalismo había en
México un Estado de
bienestar, que no era
otra cosa que proveer
de servicios a todos los
habitantes del país: el
e s t a d o o t o r g a b a
r e c u r s o s d e l
presupuesto a rubros
como la educación, la
salud, la vivienda. Es
decir, había derechos
sociales que debían
estar garantizados.

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No quiero con esto decir que antes se cumplía todo
esto, pero las cosas parecen haber empeorado: hoy en
día la pobreza ha aumentado (no se diga la violencia),
los sueldos ya no garantizan que una persona pueda
vivir decentemente y ni hablemos de que el grueso de
los trabajadores pueda ganar lo suficiente para cubrir
sus necesidades y las de su familia. Así, la familia se ha
visto seriamente impactada por las políticas
implementadas.

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Ciertamente hay programas sociales, pero esos
programas parecen enfocados a los individuos: no hay
un programa integral que abarque a la familia en su
conjunto, que vea las necesidades familiares y que de
ahí parta para la atención individual: hay que tomar en
cuenta que no somos individuos aislados, y que para
erradicar un problema hay que verlo de forma integral.
A la familia hoy en día ya no se le trata con la
importancia que en realidad tiene en la conformación de
la sociedad, a la familia se le ve como una unidad de
consumo o como quien provee la fuerza laboral que las
empresas necesitan.

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La familia, entonces, necesita encontrar formas de
irrumpir en el espacio social para transformarlo, para
solidarizarse con los otros, para entenderse con los
otros.
Esto que pareciera simple es profundamente
complejo, dadas las condiciones que hoy en día
vivimos: la pobreza hace que las personas estén
enfocadas en la subsistencia y esta lucha en
ocasiones resulta tan frustrante, que no quieren ni
saber de los otros; pero la violencia también provoca
que las personas se aíslen por miedo, que le teman
al otro en vez de solidarizarse con él.

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En las comunidades, cuando se implementa un clima
de miedo generalizado, se llega también a una
desconfianza generalizada: el miedo mismo rompe el
tejido social y las redes de apoyo se fragmentan.
Todo esto lleva a que haya una profunda inestabilidad,
con la consecuente vulnerabilidad emocional de las
personas. El aislamiento, en estas condiciones, se vive
como un tipo de defensa ante las condiciones que los
sujetos no pueden manejar.
Que una sociedad se paralice y no actúe tiene que ver
con estos climas de miedo generalizado y con la
fragmentación del tejido social.
Edith Barriga Medina
Lic. en Psicología

12. COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DE CENTRO POLÍTICO
MEXICANO
2011- 2014
Presidente
Profesor.
José
Alberto
Mejía
Mendoza
Vicepresidente
Lic.
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Onofre
Or5z
Consejero
General
Lic.
Isabel
Mendoza
García
Coordinador
General
C.
Pedro
Jesús
Sánchez
Román
Secretario
General
C.
Víctor
Federico
Pons
Iniestra
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