El documento presenta la publicación "Nido de héroes" de la Escuela Militar de Chile, la cual busca rescatar la historia de los oficiales formados en dicha institución que participaron heroicamente en la Guerra del Pacífico. Algunos de los oficiales destacados son el Subteniente Desiderio Iglesias, el primer oficial del ejército chileno muerto en combate, y el Capitán Pablo Urízar, héroe de la batalla de Tarapacá. La publicación busca resaltar el valor y profesionalismo de los of
Gral. Saavedra, pacificador y civilizador de la Araucanía
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 6]
El primer Gobierno de Dn. Carlos Ibáñez del C.
Dn. Gonzalo Vial Correa [Página 19]
Historia de la Colonización alemana
CRL. Carlos Isler San Martín [Página 32]
El conflicto de Yugoeslavia
TCL. Hugo Harvey Parada [Página 42]
Las Batallas por Montecassino
TCL. Sergio López Rubio [Página 84]
La Campaña de Tacna y Arica
Sra. Paz Larraín Mira [Página 107]
El Gral. Emilio Körner Henze en la Organización del Ejército de Chile (1885-1910)
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 126]
Dn. Alonso de Ercilla, padre de la Historia Militar de Chile
Sr. Sergio Martínez Baeza [Página 139]
La Milicia Republicana en Chile
TCL. Edmundo O'Kuinghttons [Página 4]
El Capitán de Conquista Dn. Francisco del Campo en la liberación de Chiloé en 1600
EMB. Mario Barros van Buren [Página 13]
Acuerdo de límites de Campo de Hielo Sur
CRL.(Av.) Carlos Castro Sauritan [Página 21]
Evolución histórica del Ejército y su proyección hacia el siglo XXI
CRL. Jaime García Covarrubias [Página 31]
El Mariscal Alcázar, héroe de Tarpellanca y la Guerra a Muerte (1819-1824)
BRG. Gustavo Basso Cancino [Página 39]
La Justicia militar en la solución de un caso concreto de espionaje
TCL. Sergio Cea Cienfuego [Página 52]
Salvo, héroe de la Araucanía
TCL. Tulio Hermosilla Arriagada [Página 61]
El GDD. Jorge Boonen Rivera
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 70]
Radetzky e Hindenburg y su vinculación con nuestro Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 78]
La Batalla de Berlín
TCL. Sergio López Rubio [Página 85]
Algunos antecedentes históricos del Regimiento "Coquimbo"
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 109]
Reflexiones acerca de los tipos de denominación de los Gobernantes de origen militar
CRL. Julio Von Chrismar E. [Página 115]
El Ejército; la palabra y la espada
EMB. Enrique Campos Menéndez [Página 5]
El Cabildo de Santiago y los apercibimientos para la Guerra de Arauco
Dn. Javier González Echeñique [Página 12]
El General Francisco Javier Díaz Valderrama
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 22]
Ramón Cañas Montalva, un General visionario
Gral.(C) René Peri Fargerstrom. [Página 33]
El perfil del soldado
GDB. Jorge Court Moock [Página 37]
El Presidente Ríos y el Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 44]
Notas sobre Concepción (Perú) a propósito del Combate
Msñor. Joaquín Matte Varas [Página 58]
Visión político-militar del Gral. Carrera y su tiempo
BGR. Juan de Dios Barriga Muñoz [Página 62]
Las fortificaciones de la Defensa de la Costa del Reino de Chile
Dn. Isidoro Vásquez de Acuña [Página 90]
El Servicio de Intendencia
CRL. Rafael Pizarro Barahona [Página 111]
La Campaña de las Sierra
Sra. Paz Larraín Mira [Página 8]
La historia del Estrecho de Magallanes
CRL. Rafael González Novoa [Página 25]
Don Pedro de Valdivia, el hombre, el soldado, el estadista
Sr. Mario Barros Van Biuren [Página 41]
El pueblo araucano sus costumbres y tradiciones
Sr. LonKo Kilapan [Página 51]
La Guerra de Arauco y la Capacidad Militar Mapuche-Lafkenche
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 56]
Reseña de la evolución de la formación de la Suboficialidad del Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 66]
Historia desconocida de un Plan de Reconquista Española
Sr. Manuel Torres Marín [Página 73]
Iberoamérica, una nación
TCL. Mario Stock Gilabert [Página 81]
Siempre vencedor, jamás vencido
CRL. Julio von Chrismar Escuti [Página 97]
A cien años del caso Baltimore
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 103]
Una tergiversación a la constitución y a la Ley
CRL. Manuel Reyno Gutiérrez [Página 115]
Campo de Hielo Patagónico Sur
Sr. Cedomir B. Marangunic D. [Página 121]
Educación en el Heroísmo: historia, tradición, mando y acción.
TCL. Mario E. Larenas Carmona [Página 123]
Descargar Anuario
Historiografía del Período Indiano Chileno Siglo XVI - XVIII
Dn. Sergio Martínez Baeza [Página 11]
Natalicio de Don Bernardo O'Higgins
MAY. (S.R.) Florencio Infante Díaz [Página 18]
Término de la Guerra del Pacífico y cien años de paz
EMB. Mario Barros van Buren [Página 25]
El conflicto del Líbano y su proyección mundial
Sr. José María Navasal [Página 39]
Acotaciones en torno a la obra "Expedición Arequipa - Puno y Paz de Ancon"
TCL. Sergio López Rubio [Página 50]
La Política Económica del Presidente Balmaceda
Sr. Hermógenes Pérez de Arce [Página 61]
Homenaje de desagravio a los héroes del Batallón Atacama
R.P. Florencio Infante Díaz [Página 72]
CRL. Juan Martínez; Cdte. Batallón Atacama
Sr. Manuel Ravest Mora [Página 76]
Cuarto centenario del intento de colonización del Estrecho de Magallanes por Sarmiento de Gamboa
Sr. Enrique Campos Menéndez [Página 88]
El sistema Interamericano
Sr. Enrique Berstein G. [Página 98]
Historia del ejército de Chile
CRL. Virgilio Espinoza Palma [Página 104]
General Joaquín Prieto Vial
Msñor. Joaquín Matte Varas [Página 109]
Las FF.AA. frente a la crisis social 1891-1925
Sr. Gonzalo Vial Correa [Página 116]
Gral. Saavedra, pacificador y civilizador de la Araucanía
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 6]
El primer Gobierno de Dn. Carlos Ibáñez del C.
Dn. Gonzalo Vial Correa [Página 19]
Historia de la Colonización alemana
CRL. Carlos Isler San Martín [Página 32]
El conflicto de Yugoeslavia
TCL. Hugo Harvey Parada [Página 42]
Las Batallas por Montecassino
TCL. Sergio López Rubio [Página 84]
La Campaña de Tacna y Arica
Sra. Paz Larraín Mira [Página 107]
El Gral. Emilio Körner Henze en la Organización del Ejército de Chile (1885-1910)
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 126]
Dn. Alonso de Ercilla, padre de la Historia Militar de Chile
Sr. Sergio Martínez Baeza [Página 139]
La Milicia Republicana en Chile
TCL. Edmundo O'Kuinghttons [Página 4]
El Capitán de Conquista Dn. Francisco del Campo en la liberación de Chiloé en 1600
EMB. Mario Barros van Buren [Página 13]
Acuerdo de límites de Campo de Hielo Sur
CRL.(Av.) Carlos Castro Sauritan [Página 21]
Evolución histórica del Ejército y su proyección hacia el siglo XXI
CRL. Jaime García Covarrubias [Página 31]
El Mariscal Alcázar, héroe de Tarpellanca y la Guerra a Muerte (1819-1824)
BRG. Gustavo Basso Cancino [Página 39]
La Justicia militar en la solución de un caso concreto de espionaje
TCL. Sergio Cea Cienfuego [Página 52]
Salvo, héroe de la Araucanía
TCL. Tulio Hermosilla Arriagada [Página 61]
El GDD. Jorge Boonen Rivera
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 70]
Radetzky e Hindenburg y su vinculación con nuestro Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 78]
La Batalla de Berlín
TCL. Sergio López Rubio [Página 85]
Algunos antecedentes históricos del Regimiento "Coquimbo"
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 109]
Reflexiones acerca de los tipos de denominación de los Gobernantes de origen militar
CRL. Julio Von Chrismar E. [Página 115]
El Ejército; la palabra y la espada
EMB. Enrique Campos Menéndez [Página 5]
El Cabildo de Santiago y los apercibimientos para la Guerra de Arauco
Dn. Javier González Echeñique [Página 12]
El General Francisco Javier Díaz Valderrama
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 22]
Ramón Cañas Montalva, un General visionario
Gral.(C) René Peri Fargerstrom. [Página 33]
El perfil del soldado
GDB. Jorge Court Moock [Página 37]
El Presidente Ríos y el Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 44]
Notas sobre Concepción (Perú) a propósito del Combate
Msñor. Joaquín Matte Varas [Página 58]
Visión político-militar del Gral. Carrera y su tiempo
BGR. Juan de Dios Barriga Muñoz [Página 62]
Las fortificaciones de la Defensa de la Costa del Reino de Chile
Dn. Isidoro Vásquez de Acuña [Página 90]
El Servicio de Intendencia
CRL. Rafael Pizarro Barahona [Página 111]
La Campaña de las Sierra
Sra. Paz Larraín Mira [Página 8]
La historia del Estrecho de Magallanes
CRL. Rafael González Novoa [Página 25]
Don Pedro de Valdivia, el hombre, el soldado, el estadista
Sr. Mario Barros Van Biuren [Página 41]
El pueblo araucano sus costumbres y tradiciones
Sr. LonKo Kilapan [Página 51]
La Guerra de Arauco y la Capacidad Militar Mapuche-Lafkenche
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 56]
Reseña de la evolución de la formación de la Suboficialidad del Ejército
Sr. Alejandro Pizarro Soto [Página 66]
Historia desconocida de un Plan de Reconquista Española
Sr. Manuel Torres Marín [Página 73]
Iberoamérica, una nación
TCL. Mario Stock Gilabert [Página 81]
Siempre vencedor, jamás vencido
CRL. Julio von Chrismar Escuti [Página 97]
A cien años del caso Baltimore
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 103]
Una tergiversación a la constitución y a la Ley
CRL. Manuel Reyno Gutiérrez [Página 115]
Campo de Hielo Patagónico Sur
Sr. Cedomir B. Marangunic D. [Página 121]
Educación en el Heroísmo: historia, tradición, mando y acción.
TCL. Mario E. Larenas Carmona [Página 123]
Descargar Anuario
Historiografía del Período Indiano Chileno Siglo XVI - XVIII
Dn. Sergio Martínez Baeza [Página 11]
Natalicio de Don Bernardo O'Higgins
MAY. (S.R.) Florencio Infante Díaz [Página 18]
Término de la Guerra del Pacífico y cien años de paz
EMB. Mario Barros van Buren [Página 25]
El conflicto del Líbano y su proyección mundial
Sr. José María Navasal [Página 39]
Acotaciones en torno a la obra "Expedición Arequipa - Puno y Paz de Ancon"
TCL. Sergio López Rubio [Página 50]
La Política Económica del Presidente Balmaceda
Sr. Hermógenes Pérez de Arce [Página 61]
Homenaje de desagravio a los héroes del Batallón Atacama
R.P. Florencio Infante Díaz [Página 72]
CRL. Juan Martínez; Cdte. Batallón Atacama
Sr. Manuel Ravest Mora [Página 76]
Cuarto centenario del intento de colonización del Estrecho de Magallanes por Sarmiento de Gamboa
Sr. Enrique Campos Menéndez [Página 88]
El sistema Interamericano
Sr. Enrique Berstein G. [Página 98]
Historia del ejército de Chile
CRL. Virgilio Espinoza Palma [Página 104]
General Joaquín Prieto Vial
Msñor. Joaquín Matte Varas [Página 109]
Las FF.AA. frente a la crisis social 1891-1925
Sr. Gonzalo Vial Correa [Página 116]
Tacna
CRL. Tobías Barros Ortiz [Página 6]
La Revolución de 1924
CRL. Roberto Arancibia Clavel [Página 17]
Aníbal, la Espada de Cartago
Sr. Sergio López Rubio [Página 26]
Historia de los Emblemas Nacionales de Chile
CRL. Manuel Reyno Gutiérrez [Página 52]
Conmemoración del Sexagésimo Segundo Aniversario de la Tragedia de Alpatacal
CRL. Julio Quevedo Oddo [Página 63]
Los cuatrocientos años de la Araucana
CRL. Héctor O. Barrera Valdés [Página 67]
La lucha político e ideológico y la Seguridad Nacional en la historia reciente
Sr. Arturo Lane Ortega [Página 70]
El ejército en la Armada de Chile unidos en la historia
TCL. (SR). Florencio Infante Díaz [Página 81]
El Pacífico y Chile
CRL. Alberto Marín Madrid [Página 84]
Los mausoleos de soldados veteranos de la Guerra del Pacífico en la I. Región "Tarapacá"
CRL. Sergio Rodríguez Rautcher [Página 98]
La Guerra del Chaco y su conducción
TCL. Edmundo González Salinas [Página 120]
El GDD. Baquedano en el centenario de su muerte
GDD. Ramón Valdés Martínez [Página 5]
Los errores de la Traza Poligonal en los Campos de Hielo Patagónico Sur
Dn. Eduardo A. García Soto [Página 34]
Campos de Hielo Sur (Reflexiones acerca del protocolo de 1996)
CRL. Julio Von Chrismar E. [Página 45]
La Guardia Nacional de Chile 1808-1898
Sr. Roberto Hernández Ponce [Página 63]
Reflexiones en torno al concepto de héroe y figura histórica
Sra. Ilse Sasso Olivares [Página 74]
50 años de la Base del Libertador O'Higgins
TCL. Luis Komlos Martínez [Página 81]
Expediciones y toma posesión Isla de Pascua
Sra. Carmen Espinoza Abarzúa [Página 95]
Versión militar de las Batallas de Concón y Placilla
TCL. Álvaro Casanova Mora [Página 108]
Doctrina Militar en el acontecer político Sudamericano
CRL. Juan Gallardo Miranda [Página 117]
Paradas militares a través de la Historia
Dn. Sergio Pizarro Soto [Página 127]
Determinación de la fecha de creación del Ejército chileno
Academia de Historia Militar [Página 4]
El Ejército y la República
MGL. Ramón Valdés Martínez [Página 11]
La Conquista de Valdivia: el Gibraltar de América
BGR. Juan de Dios Barriga Muñoz [Página 13]
Evolución Histórica del Ejército de Chile
CRL. Walter Dörner Andrade [Página 27]
El reclutamiento durante la Guerra del Pacífico 1879 - 1884
Sr. Lisandro Aravena Carrasco [Página 40]
Biografía del General de Ejército Ramón A. Cañas Montalva
Academia de Historia Militar (Sede Punta Arenas) [Página 68]
Francisco Valdés Carrera, Presbítero, Capellán y cronista de la Guerra del Pacífico
CRL. Carlos Méndez Notari [Página 93]
La estructura del Ejército de Chile en el período 1892-1910
CRL. Rafael Pizarro Barahona [Página 101]
El precio de la "vecindad"
Academia de Historia Militar [Página 133]
El combate naval de jambelí 25-jul-1941Luis Pacheco
La verdadera historia del Combate Naval de Jambelí, desarrollado el 25 de Julio de 1941, entre el Cañonero "Calderón" de la Armada del Ecuador y el "Almirante Villar" de la Marina de Guerra del Perú.
La batalla de Tarapacá constituyó uno de los encuentros más importantes, pero también uno de los más complejos, de la Guerra del Pacífico. Su desarrollo táctico suele ser difícil de describir, debido a las diversas incidencias que en él tuvieron lugar.
Curiosos medios de difusión de valores patrios en Chile 1880-1920
BGR. Sergio Rodríguez Rautcher [Página 11]
Napoleón Bonaparte, sus campañas militares
CRL. Rafael González Novoa [Página 21]
Consecuencias del Tratado de Límites Chileno Argentino de 1881
CRL. Julio von Chrismar Escuti [Página 41]
Chile; los Militares y la Política
CRL. Carlos Molina Johnson [Página 47]
La seguridad hemisférica: origen, evolución y perspectivas.
CRL. Germán García Arriagada [Página 55]
Las FF.AA. dentro del Régimen Democrático
Sr. Arturo Lane Ortega [Página 79]
Patricio Lynch
TCL. Sergio López Rubio [Página 91]
Serio peligro enfrenta el planeta Tierra
CRL. Alberto Marín Madrid [Página 101]
Nuestros próceres y su interrelación histórica a través de la geopolítica.
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 109]
Los gobernantes de Chile desde 1536 al presente
GDD. Manuel Barros Recabarren [Página 135]
El Día del Arma de Ingenieros y el Desembarco, Asalto y Toma de Pisagua.academiahistoriamilitar
Entre las tradiciones militares de nuestro Ejército de Chile, como del mismo modo debe suceder en muchos otros ejércitos del mundo, se encuentra la celebración del “Día del Arma, del Servicio o de las diferentes especialidades.” El motivo de tales celebraciones no es otro que recordar algún hecho de relevancia que sea común a la respectiva organización, como lo podrían ser el aniversario de su fecha de fundación, la participación destacada y gloriosa en alguna acción guerrera, o alguna otra circunstancia de tal relevancia que permita darle la señalada denominación.
Artículo de mi autoría publicado en el número 323 de la prestigiosa Revista Universidad de Antioquia, Colombia, número correspondiente al primer trimestre del año 2016.
Este documento contiene en primer lugar, una sintesis del resumen historico de las dos primeras etapas del PROCESO BOLIVARIANO REVOLUCIONARIO, asi como tambien el desarrollo de la Conjuncion Civico-Militar 27F-4F-27N, como los tres ultimos capitulos, de la segunda etapa del Proceso Historico Venezolano
Tacna
CRL. Tobías Barros Ortiz [Página 6]
La Revolución de 1924
CRL. Roberto Arancibia Clavel [Página 17]
Aníbal, la Espada de Cartago
Sr. Sergio López Rubio [Página 26]
Historia de los Emblemas Nacionales de Chile
CRL. Manuel Reyno Gutiérrez [Página 52]
Conmemoración del Sexagésimo Segundo Aniversario de la Tragedia de Alpatacal
CRL. Julio Quevedo Oddo [Página 63]
Los cuatrocientos años de la Araucana
CRL. Héctor O. Barrera Valdés [Página 67]
La lucha político e ideológico y la Seguridad Nacional en la historia reciente
Sr. Arturo Lane Ortega [Página 70]
El ejército en la Armada de Chile unidos en la historia
TCL. (SR). Florencio Infante Díaz [Página 81]
El Pacífico y Chile
CRL. Alberto Marín Madrid [Página 84]
Los mausoleos de soldados veteranos de la Guerra del Pacífico en la I. Región "Tarapacá"
CRL. Sergio Rodríguez Rautcher [Página 98]
La Guerra del Chaco y su conducción
TCL. Edmundo González Salinas [Página 120]
El GDD. Baquedano en el centenario de su muerte
GDD. Ramón Valdés Martínez [Página 5]
Los errores de la Traza Poligonal en los Campos de Hielo Patagónico Sur
Dn. Eduardo A. García Soto [Página 34]
Campos de Hielo Sur (Reflexiones acerca del protocolo de 1996)
CRL. Julio Von Chrismar E. [Página 45]
La Guardia Nacional de Chile 1808-1898
Sr. Roberto Hernández Ponce [Página 63]
Reflexiones en torno al concepto de héroe y figura histórica
Sra. Ilse Sasso Olivares [Página 74]
50 años de la Base del Libertador O'Higgins
TCL. Luis Komlos Martínez [Página 81]
Expediciones y toma posesión Isla de Pascua
Sra. Carmen Espinoza Abarzúa [Página 95]
Versión militar de las Batallas de Concón y Placilla
TCL. Álvaro Casanova Mora [Página 108]
Doctrina Militar en el acontecer político Sudamericano
CRL. Juan Gallardo Miranda [Página 117]
Paradas militares a través de la Historia
Dn. Sergio Pizarro Soto [Página 127]
Determinación de la fecha de creación del Ejército chileno
Academia de Historia Militar [Página 4]
El Ejército y la República
MGL. Ramón Valdés Martínez [Página 11]
La Conquista de Valdivia: el Gibraltar de América
BGR. Juan de Dios Barriga Muñoz [Página 13]
Evolución Histórica del Ejército de Chile
CRL. Walter Dörner Andrade [Página 27]
El reclutamiento durante la Guerra del Pacífico 1879 - 1884
Sr. Lisandro Aravena Carrasco [Página 40]
Biografía del General de Ejército Ramón A. Cañas Montalva
Academia de Historia Militar (Sede Punta Arenas) [Página 68]
Francisco Valdés Carrera, Presbítero, Capellán y cronista de la Guerra del Pacífico
CRL. Carlos Méndez Notari [Página 93]
La estructura del Ejército de Chile en el período 1892-1910
CRL. Rafael Pizarro Barahona [Página 101]
El precio de la "vecindad"
Academia de Historia Militar [Página 133]
El combate naval de jambelí 25-jul-1941Luis Pacheco
La verdadera historia del Combate Naval de Jambelí, desarrollado el 25 de Julio de 1941, entre el Cañonero "Calderón" de la Armada del Ecuador y el "Almirante Villar" de la Marina de Guerra del Perú.
La batalla de Tarapacá constituyó uno de los encuentros más importantes, pero también uno de los más complejos, de la Guerra del Pacífico. Su desarrollo táctico suele ser difícil de describir, debido a las diversas incidencias que en él tuvieron lugar.
Curiosos medios de difusión de valores patrios en Chile 1880-1920
BGR. Sergio Rodríguez Rautcher [Página 11]
Napoleón Bonaparte, sus campañas militares
CRL. Rafael González Novoa [Página 21]
Consecuencias del Tratado de Límites Chileno Argentino de 1881
CRL. Julio von Chrismar Escuti [Página 41]
Chile; los Militares y la Política
CRL. Carlos Molina Johnson [Página 47]
La seguridad hemisférica: origen, evolución y perspectivas.
CRL. Germán García Arriagada [Página 55]
Las FF.AA. dentro del Régimen Democrático
Sr. Arturo Lane Ortega [Página 79]
Patricio Lynch
TCL. Sergio López Rubio [Página 91]
Serio peligro enfrenta el planeta Tierra
CRL. Alberto Marín Madrid [Página 101]
Nuestros próceres y su interrelación histórica a través de la geopolítica.
MAY. Juan C. Stack Stack [Página 109]
Los gobernantes de Chile desde 1536 al presente
GDD. Manuel Barros Recabarren [Página 135]
El Día del Arma de Ingenieros y el Desembarco, Asalto y Toma de Pisagua.academiahistoriamilitar
Entre las tradiciones militares de nuestro Ejército de Chile, como del mismo modo debe suceder en muchos otros ejércitos del mundo, se encuentra la celebración del “Día del Arma, del Servicio o de las diferentes especialidades.” El motivo de tales celebraciones no es otro que recordar algún hecho de relevancia que sea común a la respectiva organización, como lo podrían ser el aniversario de su fecha de fundación, la participación destacada y gloriosa en alguna acción guerrera, o alguna otra circunstancia de tal relevancia que permita darle la señalada denominación.
Artículo de mi autoría publicado en el número 323 de la prestigiosa Revista Universidad de Antioquia, Colombia, número correspondiente al primer trimestre del año 2016.
Este documento contiene en primer lugar, una sintesis del resumen historico de las dos primeras etapas del PROCESO BOLIVARIANO REVOLUCIONARIO, asi como tambien el desarrollo de la Conjuncion Civico-Militar 27F-4F-27N, como los tres ultimos capitulos, de la segunda etapa del Proceso Historico Venezolano
Lección moral y ciudadana. Epopeya Concepción
BGL. Claudio López Silva [Página 5]
Historiografía del Período Indiano Chileno
Dn. Sergio Martínez Baeza [Página 15]
Participación del ejército en el campo de las letras y de las artes
CRL. Rafael González Novoa [Página 23]
El Ejército en la Organización de la República
Sr. Julio Heise González [Página 35]
Labor de Investigación Científica y Técnica en la Antártica
TCL. Sergio López Rubio [Página 41]
La Diplomacia Norteamericana, bajo el secretario de Estado General Haig.
Sr,. José María Navasal [Página 45]
Los Cdtes. en Jefes del Ejército en la Guerra del Pacífico
CRL. Manuel Reyno Gutiérrez [Página 59]
La Guerra del Pacífico en el contexto de la Historia Universal
Sr. Ricardo Krebs Wilckens [Página 71]
Breve Reseña Histórica del cuerpo militar del trabajo y su contribución en obras de infraestructura nacional, especialmente la carretera Presidente Pinochet
CRL. Jaime Concha Pantoja [Página 81]
Desarrollo y Mediterraneidad de Bolivia.
BGL. Tomás Opazo Santander [Página 91]
Baquedano, General y ciudadano insigne
Sr. Jorge Iván Hubner Gallo [Página 95]
Aplicación del pensamiento del General Clausewitz en la Guerra Civil de 1891
GDD. Waldo Zauritz Sepúlveda [Página 14]
Análisis de las crisis internacionales de Chile y sus vecinos en 1973 y 1980 (Visión Militar)
CRL. Walter Dörner Andrade [Página 32]
El Veedor del Ejército del Reyno de Chile
CRL. Rafael Pizarro Barahona [Página 44]
Programa de historia militar y pensamiento estratégico
CRL. Bosco Pesse Quape [Página 62]
Guerra del Pacífico, la artillería del Morro de Arica hasta nuestros días
Sr. Francisco Javier Pérez Etchepare [Página 65]
Biografía del Brigadier John Mackenna O'Reilly
CRL. Carlos Isler San Martín [Página 97]
Situación de límites con nuestros vecinos
CRL. Alberto Marín Madrid [Página 9]
La estrategia comunista frente al sistema democrático: un desafío para Occidente
Sr. Gustavo Cuevas Farren [Página 15]
Las Misiones Militares extranjeras en la evolución del Ejército
CRL. Rafael González Novoa [Página 30]
La Visión estratégica en la conducción de crisis, conflictos y guerras. Lecciones que se deducen de la Historia
TCL. Juan Emilio Cheyre Espinosa [Página 41]
El servicio geográfico en el Estado Mayor General del Ejército entre 1820 - 1921
CRL. Virgilio Espinoza Palma [Página 50]
Presencia de Chile en la Antártica
CN. Pedro Romero Julio [Página 63]
TTE. Alberto Blest Gana, diplomático y literato
TCL. Sergio López Rubio [Página 76]
El GDB. Ignacio Zenteno del Pozo y Silva
TCL.(SR) Florencio Infante Díaz [Página 86]
La política de los EE.UU respecto a América Latina
Sr. José María Navasal González [Página 92]
La División Camus durante la Guerra Civil de 1891
CRL. Alberto Márquez Allison [Página 104]
El Ejército y Carabineros de Chile
TCL. Edmundo González Salinas [Página 113]
Evolución Histórica del pensamiento parlamentario en Chile
Sr. Julio Heinze González [Página 119]
El Gral. José M. Carrera, prócer de la Patria Vieja
TCL. Luis Beas Valenzuela [Página 135]
Índice Anuario
1. Presentación. Pág. 7
2. El Motín de Talca del 21 de Julio de 1827.
Por Valentina Verbal Stockmeyer Pág. 10
3. La Campaña que se pudo evitar.
Por Waldo Zauritz Sepúlveda Pág. 22
4. Evolución de la Educación del Ejército Chileno, Bajo
las Influencias de los Modelos Francés y
Alemán (1840 – 1890)
Por Claudio Tapia Figueroa Pág. 37
5. Un recorrido por el Fondo Ministerio de Guerra.
Por Eduardo Arriagada Aljaro Pág. 75
6. Los Generales que han servido al Ejército de Chile
en tiempos de la República.
Por la Academia de Historia Militar Pág. 121
7. Fotografía del Recuerdo Pág. 194
Un homenaje a este insigne Oficial de la Marina de Guerra del Ecuador, que con su inteligencia, visión y conocimientos logró iniciar la Escuela Superior Naval del siglo XX y por supuesto el desarrollo de nuestra noble Institución.
Julio Cesar, genial conductor militar de la República Romana
TCL. Sergio López Rubio [Página 9]
La Movilización de 1898
MGL. Manuel Barros Recabarren [Página 22]
El conflicto de Alto Cénepa entre Ecuador y Perú
TCL. Pedro P. Bustos Valderrama [Página 40]
Crónica de la Guerra que viene
Dn. Julio Velasco Urbina [Página 55]
La Museología Militar
BGL. Sergio Urrutia Francke [Página 63]
Los Ingenieros Militares, durante el período Español
RP. Gabriel Guarda Geywitz [Página 79]
La Influencia del Ejército en América Latina 1900-1960
BGL. Roberto Arancibia Clavel [Página 92]
Relaciones militares entre Chile y EE.UU.
EMB. Mario Barros Van Buren [Página 109]
Origen, desarrollo y logros de las Fuerzas Especiales de Chile
CRL. José A. Quinteros Masdeu [Página 117]
Biografía del GDB. José Ignacio Zenteno del Pozo y Silva
GDD. Manuel Barros Recabarren [Página 4]
Análisis de la interferencia Política en la conducción militar durante la Guerra del Pacífico 1879 - 1884
CRL. Walter Dörner Andrade [Página 20]
Nacimiento de las Ordenanzas Militares, su influencia en los ejércitos americanos y las Ordenanzas en Chile hasta el año 2006
CRL. Mamuel Ibáñez Cortiella [Página 42]
La Movilización de 1920
GDD. Roberto Arancibia Clavel [Página 63]
Militares de ascendencia germana en la Guerra del Pacífico
GDD. Bruno Siebert Held [Página 84]
La Logia Lautaro y su influencia en la Independencia de Chile
CRL. Walter Dörner Andrade [Página 102]
La Quinta Ambulancia "Valparaíso", primera unidad sanitaria del ejército
CRL. Manuel Ibáñez Cortiella [Página 116]
La destrucción de Valdivia por Pelantaro
Sr. Raúl Hermosilla Hanne [Página 124]
El problema marítimo boliviano
GDB. Fernando Hormazábal Díaz [Página 134]
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
1. Presentación
La Escuela Militar, en su permanente afán
por difundir la historia patria y conservar la
memoria de quienes han ofrendado su vida
en aras de la nación, presenta “Nido de
héroes”, un trabajo de investigación histórica
destinado a rescatar a quienes, formados
en el primer instituto matriz de la República,
tomaron parte activa en la Guerra del Pacífico,
conflicto que puso a prueba el valor y tesón de
aquellos que, siendo niños, se iniciaron en la
vida militar y de quienes la patria reclamó sus
máximos esfuerzos.
Colocados por la historia en instancias límites,
los que algún día fueron cadetes de nuestra
Escuela, moldeados en el cumplimiento del deber, supieron enfrentar con valentía,
hidalguía, entereza y un profundo amor a Chile, el supremo sacrificio por la patria
amenazada.
Así, conoceremos las heroicas acciones del Subteniente Desiderio Iglesias, primer
oficial del Ejército muerto en combate durante aquel conflicto armado; del Capitán Pablo
Urízar, héroe de Tarapacá, al igual que el Capitán Martín Frías. Otros nombres, que
engalanan nuestra historia, son recordados en esta publicación, por sus actos valerosos
y por haber cumplido con el lema del Libertador de “Vencer o morir”.
Al cumplirse 130 años del inicio de la Guerra del Pacífico, la Escuela Militar pone a
disposición de la comunidad esta publicación, la cual busca resaltar las virtudes
y profesionalismo de oficiales formados en sus aulas que pasaron a la categoría de
héroes, como tantos otros en distintos períodos de nuestra historia.
Que el ejemplo de vida proporcionado por este puñado de oficiales, sea sendero
imborrable e imperecedero de los valores que abnegadamente se plasman, día a día, en
la Escuela Militar. Gracias a ella, habrán de levantar su vuelo triunfal, una tras otra, cien
águilas que constituyan el porvenir de este Ejército, al cual está confiada, de manera
inmanente, la grandeza de Chile.
HUMBERTO OVIEDO ARRIAGADA
Coronel
Director de la Escuela Militar
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2. Escuela Militar, nido de héroes de la Guerra del Pacífico
El enorme desafío que representó para el pueblo chileno la Guerra del Pacífico,
jamás ha tenido comparación en los recuerdos de nuestra historia nacional. En este
sentido, todo el proceso de experiencias previas a este decisivo acontecimiento, tendría
como único objetivo forjar el virtuoso carácter del pueblo y del Ejército chileno.
Los tempestuosos tiempos revolucionarios, la inminente amenaza confederada
y el profundo y sincero americanismo de 1866, pueden ser comprendidos como
manifestación inequívoca de una voluntad propia, soberana y nacional, forjada en los
campos de batalla, con el esfuerzo de generaciones de chilenos.
No resulta arriesgado afirmar la conocida sentencia que, de manera categórica,
entrelaza la historia de nuestro país con los triunfos y procesos históricos de su Ejército.
Observando en retrospectiva y amparados en la complicidad que entrega el paso de los
años, podemos asegurar hoy, más que nunca, que las proféticas palabras pronunciadas
sabiamente por nuestro Padre de la Patria en 1817, resuenan fuertes e imperturbables
en nuestras conciencias.
Cuando, en 1817, el General Bernardo O`Higgins pronunciaba con una
verdadera visión de estadista, que en la recientemente fundada Academia Militar estaba
“basado el porvenir del Ejército y sobre este Ejército, la grandeza de Chile”, no podía
estar menos equivocado. Si el conocido historiador don Mario Góngora no dudaba en
atribuirle a la guerra un rol fundamental en nuestro proceso de formación de Estado –
Nación, no debemos, por consiguiente, dejar de prestar vital atención a los expertos de
tal profesión.
La Academia Militar, fundada el 16 de marzo de 1817, se transformó, con
el paso del tiempo, en una verdadera fuerza rectora de principios, valores e ideales
comunes para sus hombres, como posteriormente lo representó para sus ciudadanos.
La trayectoria de la Escuela Militar, durante el siglo XIX, se vio constantemente
interrumpida en su funcionamiento, por una multiplicidad de factores, en la mayoría
de las ocasiones, ajenos a ella. No olvidemos que durante un largo período, este
establecimiento no fue dependiente del Ejército de Chile, sino directamente del gobierno,
dejándola supeditada a los vaivenes económicos de la época. Pero esto no impidió que
sus destacados cadetes estuviesen presentes en los principales conflictos armados que
debió enfrentar el país durante las primeras décadas de su existencia.
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3. Durante sus primeros sesenta años, la Escuela Militar proporcionó al país
sucesivas generaciones de jóvenes oficiales, que participaron activa y orgullosamente
en la defensa de nuestra soberanía. Fueron las cien águilas protagonistas indiscutibles
en Maipú y Yungay, prestaron vitales servicios en la defensa y fortificación de Chiloé y
cumplieron, de forma ejemplar, su heredada labor de los viejos tercios españoles en la
conocida línea de la frontera araucana.
Aunque resulta algo complejo realizar una periodización de las diversas
etapas de la Escuela Militar, tomando, para ello, como único parámetro, una selección
cronológica, nos parece más apropiado realizar un análisis de su historia basado en
los aportes y contribuciones hechos por sus diferentes directores. Nos interesan, de
sobremanera, las obras emprendidas durante la era del Coronel Antonio De La Fuente
Pérez de Arce y la dirección del Coronel Emilio Sotomayor Baeza, bajo cuyos períodos
se formaron y modelaron el carácter y los conocimientos de un selecto grupo de cadetes,
que sabrían responder dignamente, en el campo de batalla, a la instrucción recibida en
años anteriores.
Pero con anticipación a la consciente dirección de los mencionados directores,
la Escuela Militar atravesó, durante el régimen del General José Santiago Aldunate Toro,
Columna chilena marchando en la sierra peruana.
3
4. por su recordada edad de oro, como se le conoce a su período de mando entre los
año 1847 y 1861, conocida esta por haber sido forjada bajo su hábil orientación, esa
generación de brillantes oficiales que tanto se distinguieron en el Ejército y en la Marina,
que fueron los valientes líderes en la Guerra del Pacífico, en la cual, haciendo honor a
su maestro, supieron llenar de gloria a la patria.
Discípulos de Aldunate fueron los principales jefes del Ejército y de la Marina,
que prestaron honroso servicio y abnegado heroísmo durante la Guerra del Pacífico.
Recordados pupilos fueron el Comandante Yávar y el Capitán Thompson, que cayeron
como bravos, uno a la cabeza de sus Granaderos en Chorrillos y el otro, como
Comandante del Huáscar en la rada de Arica; el Almirante Riveros, Comandante en
Jefe de la Escuadra en la Guerra del Pacífico; el General Maturana, ilustrado y valiente
Jefe del Estado Mayor en la Campaña de Lima; el bravo General Lagos; los Generales
Velásquez, Amunátegui, Canto, Holley, Cortés, Novoa, Alejandro y Eustaquio Gorostiaga;
los Coroneles Urízar, Beauchemin, Castro, Muñoz Bezanilla, Wood, Seguel, Ekers, León
y Fierro; el Almirante Simpson, los Capitanes de navío Lynch, López, Vidal y Sánchez y
tantos otros que así, en el Ejército como en la Armada, han dado gloria a las armas de
la patria.
Si bajo esta dirección se formaron los principales jefes y mandos militares que
condujeron a la victoria a las armas chilenas, coronando con laureles el esfuerzo y el
estudio proporcionado por su alma mater, con la conducción de sus sucesores De La
Fuente y Sotomayor se modeló la generación de cadetes que alcanzó la gloria en el
campo de batalla, proporcionando a nuestro país el virtuosismo de su juventud y a la
Escuela Militar, el más alto reconocimiento de su calidad, que reside invariable en su
naturaleza educadora.
Podemos enumerar a un conjunto de jóvenes cadetes que, durante estos
años, recibieron los primeros esbozos de su educación militar y que, posteriormente,
extendería la gloria y renombre de su institución. Nombres como Rudesindo Molina,
Martín Frías, José Olano, José Ignacio Silva, Desiderio Iglesias, Clodomiro Varela,
Carlos Severín, Tristán Chacón y Ricardo Santa Cruz, entre otros, que experimentaron
sus primeras instrucciones en dicho establecimiento de educación militar.
Cuando las sombrías noticias provenientes del desolado territorio septentrional
notificaban la inminente amenaza que sobrecogía a todo ciudadano patriota, un selecto
grupo de jóvenes oficiales hizo eco del llamado de la patria, dejando atrás a sus familias
y amigos, abandonando sus sagrados deberes en sus regimientos o reparticiones, para
cambiar de manera extrema los húmedos y exuberantes bosques de la Araucanía, por
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5. los inhóspitos y estériles parajes del desierto de Atacama y, posteriormente, por los
áridos litorales de la costa y agrestes e impresionantes valles de la sierras peruanas.
Subteniente Desiderio Iglesias
Determinante para los objetivos chilenos resultaba ser
el dominio del mar. Una vez conseguido este, logró el Ejército
delinear su sendero imparable hasta Lima, la conocida ciudad
de los virreyes, siendo Pisagua un laurel más en su corona
de éxito y gloria, distinguiéndose en esta ocasión un joven
cadete, que se integraba henchido de honor en el distinguido
grupo de las más recordadas cien águilas.
El Subteniente Desiderio Iglesias había realizado, en
los primeros años de su juventud, algunos estudios básicos en la Academia Militar,
debiendo alejarse de ella al momento de su disolución. Cuando la corriente de entusiasmo
bélico que, en forma de avalancha, descendió sobre el país en los primeros meses
de 1879, se convirtió en el momento oportuno para que el joven Iglesias obtuviera un
puesto de aspirante a oficial en el 1º de Línea Buin y, hallándose en Antofagasta recibió,
el 13 de agosto de 1879, con gran regocijo, su titulo de Subteniente.
Le correspondió ser, a Iglesias, uno de los oficiales más jóvenes de su unidad,
encontrando en esta la amistad y camaradería que sería recordada en años postreros.
Este niño de buen carácter, regordete, alegre y buen camarada, se transformó,
rápidamente, en el hombre que propagaría aún más la fama del recordado Buin.
Para la realización de la Campaña de Tarapacá era fundamental escoger con
previsión el lugar más adecuado para el desembarco de las tropas chilenas. Soberanos
del mar, era necesario, ahora, ser señores de la tierra, transformándose, de esta manera,
Pisagua en el primer escalón a la victoria.
A las 8 de la mañana del 2 de noviembre de 1879, las fuerzas chilenas
irrumpieron de manera sorpresiva en Pisagua, enfrentándose de forma valerosa a una
guarnición de 1.400 soldados aliados, fuertemente atrincherados en la cima, dispuestos
a vender caro cada palmo de su territorio.
Un incesante fuego de artillería dio el saludo a las bravas armas chilenas,
las cuales comenzaron el ascenso hacia la cima. Fue en este instante cuando una
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6. sorpresiva bala puso término a la temeraria vida del Subteniente Iglesias. Habiendo
recibido el 1º de Línea Buin la orden de desembarcar como primera unidad en la playa
de Pisagua, será el Subteniente Iglesias, al mando de su sección, el primero en cumplir
esa orden, y cuando apenas había puesto un pie en tierra, una bala le atravesó la
garganta, matándolo de manera instantánea. Correspondió, de esta manera, a aquel
entusiasta niño el honor de ser el primer oficial muerto en la guerra, un particular oficial
representante de la juventud chilena, aquella que con tanto atrevimiento y arrojo se
precipitó al llamado de la patria.
Desiderio Iglesias no tan solo se convirtió en el primer oficial en alcanzar
la gloria en los desérticos parajes que constituía el teatro de operaciones del norte,
sino que, además, se constituyó en el primer representante de la Escuela Militar en
conseguir, durante la guerra, el primer laurel para esta Institución, lográndolo en uno de
los enfrentamientos claves para el desarrollo posterior del conflicto.
El Asalto y Toma de Pisagua, del 2 de noviembre de 1879, es considerado
fundamental para los propósitos chilenos, puesto que en él radicaría el avance de las
fuerzas terrestres. El éxito de esta empresa posicionó a las fuerzas chilenas un espacio
Desembarco en Pisagua.
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7. como cuña entre el ejército aliado de Tarapacá y el de Tacna y abrió un importante
acceso al territorio enemigo.
Fue, en este momento, en que Iglesias señaló el sendero de honor y gloria a
seguir por sus ex compañeros de escuela, los cuales harían gala de sus conocimientos y
virtudes en el campo de batalla. Aunque fue el primero, no le correspondió ser el último
en ostentar dicha distinción, sumándose tras de sí lo más notable de su generación,
como de anteriores promociones.
Capitán Pablo Urízar
Urízar ingresó a la Escuela Militar en 1870,
destacándose, durante su permanencia en dicho
establecimiento, en los cursos de Historia de Chile, Ordenanza
General del Ejército, Contabilidad, Documentación Militar y
Artillería, en los cuales obtuvo notas con el grado de distinción.
Tan gratos recuerdos guardó de su añorada escuela, que
cuando debió defender sus estudios de arquitectura, presentó
como examen de grado para recibir su título una composición
en dibujo y por escrito de una Academia Militar en vasta
escala.
En 1871 egresó de dicho establecimiento, siendo ascendido a Alférez del
Regimiento de Artillería, el 20 de julio de dicho año. Retirado del servicio en 1876, es
llamado otra vez al servicio activo por las exigencias de la guerra que, de improviso,
estalló en nuestro horizonte norte en febrero de 1879.
Al tener conocimiento del avance de los aliados hacia el norte, el Coronel
Sotomayor resolvió, inicialmente, presentar combate en las llanuras de Santa Catalina;
pero más tarde cambió su resolución, debido a la disminución de sus fuerzas motivada
por el envío de una columna hacia la quebrada de Tana. Eligió como posición defensiva
las alturas del cerro de San Francisco, las que, por sus condiciones topográficas
favorables a la defensa, podrían compensar su inferioridad numérica.
Fue en aquel lugar en que supo Urízar poner en evidencia los prácticos
conocimientos de su férrea educación militar, recibiendo como recompensa de su
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8. abnegado servicio, una traicionera bala que hábilmente propinaron las armas bolivianas.
Herido de gravedad en su hombro derecho, el cual fue destrozado por el impacto, decide
seguir mandando a sus hombres, pero es retirado del campo de batalla, para venir a
morir con los suyos en el puerto de Valparaíso, un 29 de octubre del recordado año de
1879.
Aquel oficial que se distinguió en Calama y que ahora es recordado como
mártir de su unidad, cimentó el camino a seguir por sus compañeros, sentenciando en
Antofagasta proféticas palabras, memorias de un pasado distante. Fiel a su deber, se le
escuchó una vez comentar: “¡Volveré con el escudo o sobre el escudo!”, eterna lección
para las futuras generaciones.
A las 17 horas, el combate había terminado y los chilenos quedaron dueños del
campo de batalla; pero por órdenes superiores no se inició de inmediato una persecución
que habría significado el término de la campaña y habría evitado la desastrosa acción
de Tarapacá.
Pisagua había dado paso a Dolores, cerro en el cual encontró el Capitán Pablo
Urízar la consagración de su brillante carrera.
Capitán José Ignacio Silva
Aunque la ruta de las fuerzas chilenas hacia Lima será
recordada por sus brillantes y resonantes victorias, un episodio,
en particular, enluta de manera especial nuestro recuerdo y
nos sobrecoge de orgullo. En aquella inhóspita quebrada de
Tarapacá, aún es posible recrear la heroica resistencia del
Comandante Eleuterio Ramírez y sus hombres.
Luego de la victoria en Dolores, una fuerza de exploración chilena, al mando
del Teniente Coronel Vergara, marchó hacia la zona y descubrió al adversario en la
quebrada de Tarapacá. Ante ello, solicitó refuerzos al General Escala, quien le envió
una División integrada por las unidades que no habían tomado parte en Dolores. Estas
fueron el Segundo de Línea, el Batallón Chacabuco y el de Artillería de Marina; al mando
marchó el Coronel Luis Arteaga. Pensando que el enemigo estaba en retirada, la División
– sin tomar providencias logísticas necesarias - partió con el agua, víveres y municiones
que cada soldado pudo transportar.
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9. Su principal falla fue ignorar que el enemigo tenía fuerzas superiores y que, al
dividir sus 23 mil combatientes en tres débiles columnas, aumentaba las posibilidades
de un desastre.
El resultado obtenido no fue alentador para ninguno de los dos bandos. Había
costado numerosas bajas, especialmente para el Regimiento 2º de Línea, que perdió
más del 50% de sus efectivos, a su Comandante Eleuterio Ramírez y al Segundo
Comandante, el Teniente Coronel Bartolomé Vivar. Las tropas aliadas, que también
habían tenido severas pérdidas, abandonaron el campo de batalla rumbo hacia Arica,
dejando en manos chilenas la provincia de Tarapacá.
Pero gracias a ello, hoy tenemos el privilegio y el orgullo de contar, al interior
de nuestro panteón de héroes, con el inmortal Ramírez, quien fue secundado, en su
recordada hazaña, por un selecto grupo de oficiales que supo pagar, con sus vidas,
los votos ofrendados a la patria. Destacan, entre estos, por su valerosa conducta y
admirable comportamiento, dos jóvenes oficiales de lo más distinguido que ha entregado
la Escuela Militar. Supieron, estas águilas, imitar con decidida convicción lo realizado
por sus predecesores.
Recordados por su valerosa actuación en la esquiva quebrada de Tarapacá,
destacan el Capitán del Regimiento 2º de Línea don José Ignacio Silva y su par, el
Capitán del Regimiento Chacabuco don Martín Frías, ambos fieles al ejemplo entregado
por Ramírez.
Nacido en Santiago en 1852, Silva ingresó a la Escuela Militar en el año de
1869, gracias al apoyo de su padre, un apreciable comerciante y de su tío, un respetable
miembro de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Poco tiempo alcanzó a estar en tal noble institución el inquieto José, puesto
que a los pocos meses fue llamado al servicio activo en el Ejército, guardián, por aquel
entonces, de la frontera araucana. Durante los cinco meses que permaneció Silva al
interior de la Escuela Militar, se vio enfrentado a sobrepasar difíciles obstáculos, todos
ellos planificados para proporcionarle una sólida y duradera formación militar, que tanto
provecho traería en su vida profesional, la cual quedaría en evidencia en los áridos
campos peruanos.
Antes de egresar de este noble establecimiento, Silva debió rendir examen
en Geometría y Dibujo de Paisaje, siendo aprobado en estos con nota distinguida.
Pero esta no es tan solo la única asignatura que le correspondió afrontar, sino que
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10. además, aprobó con esfuerzo las asignaturas de Aritmética, Álgebra, Trigonometría
Esférica, Gramática Castellana, Geografía descriptiva, Francés, Catecismo e Historia
Sagrada, Historia Antigua (griega, romana y moderna), Artillería, Dibujo Lineal aplicado
a la arquitectura, Táctica de Infantería y Caballería y Ordenanza General del Ejército,
lo que describe el amplio abanico que cubría el plan de estudios de la Escuela Militar
a mediados del siglo XIX, estructurado para proporcionar, a los cadetes, una extensa
gama de conocimientos indispensables en su profesión.
Como mencionábamos, Silva, antes de alcanzar la gloria en Tarapacá, forjó
su carácter y probó su templanza en la rebelde región de Arauco, obteniendo amplio
reconocimiento de parte de sus jefes, los cuales vieron en él un importante modelo a
seguir para los demás soldados y oficiales que estaban a su mando.
Combate de Pampa Germania.
Luego del encuentro del Estero Meco, sus superiores supieron resaltar ante
las autoridades el coraje y arrojo demostrado por Silva en dicha ocasión, el cual pasará
a las gloriosas memorias de la historia militar, como el primer encuentro de armas del
entonces joven Alférez.
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11. Si en la localidad de Reibu, Silva tuvo su bautizo de fuego, en Tarapacá
alcanzó su consagración. Quiso el destino que nuestro inmortal soldado perteneciera,
en distintos períodos, a diferentes unidades, cada una de ellas presentes en los más
decisivos momentos de nuestra historia. Aunque era Silva un experimentado hombre de
caballería, le correspondió trasladarse, en 1876, al glorioso Regimiento 1º de Línea Buin,
en la condición de Capitán de dicho cuerpo. Más tarde, por disposición y necesidad del
servicio, pasó a incorporarse, ya en el teatro de operaciones, al Regimiento 2° de Línea,
conservando su anterior graduación.
Desempeñó el Capitán Silva, durante la primera campaña, todos los servicios
y actividades que, con fatigas, le cupieron al 2º de Línea entre Calama, Pisagua y
Tarapacá. En aquella desamparada aldea estuvo a punto de morir a causa de una fiebre
generada por el cansancio, las penurias y el clima.
Aunque el cansancio y la fiebre hacían estragos con su cuerpo, esto no aminoraba
su espíritu, aquel que lo hizo levantarse de su convalecencia y presentarse en el campo
de batalla el fatídico y memorable 27 de noviembre de 1879. Destrozada su compañía en
el fondo de la garganta peruana, el Capitán Silva cogió del suelo un rifle, último préstamo
de sus soldados y, peleando hombro con hombro con estos, cayó en campo abierto,
protegiendo la retirada del sacrificado regimiento y la vida de su comandante.
No fue el Capitán José Ignacio Silva la única águila en inmolarse en la recordada
quebrada de Tarapacá, siguiendo el heroico ejemplo del Comandante Ramírez. Junto
con él, también halló idéntico destino el Capitán del Chacabuco, Martín Frías.
Capitán Martín Frías
Oriundo de la ciudad de Santiago, ingresó a tierna
edad a la Academia Militar, transformándose esta en su principal
escuela de vida. Fue cadete efectivo en dicho establecimiento
desde el 13 de enero de 1863, permaneciendo en este por
más de dos años. En 1865, egresado de la Escuela Militar,
fue incorporado al 3° de Línea en calidad de Subteniente. En
sus trece años de servicio, desarrolló una distinguida carrera
como miembro de este batallón. Trágico destino fue el que le
arrebató la vida con solo treinta años, cumpliendo su deber en
el campo del honor. Breve existencia para quien supo dar a
Chile inmenso honor.
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12. Comandante Ricardo Santa Cruz
La victoria en el Campo de la Alianza o Batalla de
Tacna se transformó, para nuestras fuerzas, en un gran paso
para el cumplimiento del plan previamente trazado, pero dicho
triunfo no estuvo exento de un alto costo de vidas. Las fuerzas
aliadas prestaron férrea resistencia en su defensa, elevando
honrosos laureles para sus instituciones.
La Batalla de Tacna se desarrolló en el contexto de
la Campaña de Tacna y Arica durante la Guerra del Pacífico.
En febrero de 1880, catorce mil hombres del Ejército chileno se habían embarcado en
Pisagua, en una flota de 15 transportes, escoltados por las naves de guerra Cochrane y
Magallanes. El convoy incluía lanchas portatorpedos, balsas y lanchas planas capaces
de llevar más de 100 hombres, especialmente construidas para facilitar el desembarco.
La principal consecuencia de la victoria de Tacna fue el fin de la alianza peruano-
boliviana. Numerosos factores incidieron en la decisión de Bolivia de retirarse de la guerra.
Entre estos se cuentan la pérdida de los ingresos que generaban las aduanas de Arica,
Mollendo y Cobija, ocupadas por Chile, los problemas políticos internos y la escasez de
armas, municiones y espíritu guerrero, en un país agobiado por el conflicto.
En el sagrado suelo de Tacna sucumbió, por el deber contraído hacia la patria
en su juventud, una serie de oficiales formados, años atrás, en las aulas de la Escuela
Militar. Nos referimos, especialmente, al Comandante del Regimiento Zapadores,
Ricardo Santa Cruz; al Capitán de Zapadores, Rudesindo Molina; al Teniente del
Regimiento Coquimbo, Clodomiro Varela y al Subteniente del Regimiento Santiago,
Carlos Severín.
Descendiente de una de las más antiguas familias de Santiago, el Comandante
Ricardo Santa Cruz nació el 6 de julio de 1847, en Cartagena, ubicada, por aquel
entonces, en el Departamento de Melipilla. A la edad de trece años y cuando dirigía
la Academia Militar con las leyes de Esparta en la mano el rígido y consciente General
Aldunate, Ricardo Santa Cruz fue colocado en aquel establecimiento por su celosa
madre, el 24 de febrero de 1861. Más de tres años permaneció el Cadete Santa Cruz
al interior de la Institución, en la cual, al igual que otros de sus compañeros, recibiría
los primeros esbozos de su futura brillante carrera militar. Quiso el destino que el joven
Cadete Santa Cruz regresase a sus aulas en 1874, para servir en ellas en la calidad de
ayudante, como retribución justa por los conocimientos adquiridos en su formación.
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13. Realizó, si no con brillo, con solidez, sus estudios profesionales, pues esta era
la tendencia más marcada de su personalidad. A la edad de 17 años cambió sus libros
por la espada, incorporándose como Subteniente en el Batallón 2° de Línea, en el año de
1865.
Participó, de manera entusiasta y distinguida, en defensa de su patria cuando esta
se vio amenazada por las incursiones españolas. No titubeó en adentrarse en los húmedos
territorios araucanos, para llevar a estos la fuerte convicción del gobierno por incorporarlos
soberanamente. Esto le valió el importante reconocimiento por parte de sus superiores,
que vieron en su persona a uno de los jefes idóneos para el Regimiento de Zapadores,
organizado por el ministro Prats en 1877, con el objetivo de ir desmontando, poco a poco, la
Araucanía y sus selvas. Ricardo Santa Cruz fue nombrado, a la edad de 29 años, segundo
jefe de ese cuerpo y, desde ese día hasta la Batalla de Tacna, fue su comandante.
Cupo a Santa Cruz el honor de ser el primer jefe que pusiera pie en tierra
peruana, saludado por un diluvio de balas que respetó su alta talla. Le correspondió
también, si no la fortuna, la honra de romper, con sus zapadores, el fuego en Tarapacá,
manteniéndose solo con la mitad de su batallón, que iba a la descubierta, durante una
larga hora contra todo un ejército. Ricardo Santa Cruz alentaba a los suyos, corriendo a
caballo de un extremo a otro de las filas, y sus propios soldados se maravillaban cómo
escapaba ileso.
En todas ellas sobrevivió y dio elevados ejemplos de arrojo y valentía. Pero su
impresionante carrera solo vino a detenerse en los áridos campos de Tacna. Puesto a
la cabeza de su regimiento desplegado en orden disperso, a la extrema derecha de los
aliados, una bala de rifle, anticipándose casi al combate de fila a fila, vino a penetrarle
el bajo vientre, atravesándole en todos sus pliegues una manta, que a modo de antiguo
“huaso” chileno, llevaba atada a la cintura. Sin descender del caballo, fue conducido el
desdichado joven por el cirujano de su cuerpo a retaguardia, donde recibió la primera
curación. Al día siguiente, lleno de serenidad, de satisfacción y casi de orgullo por haber
cumplido su deber, expiró en los brazos de su inseparable amigo Domingo Toro Herrera,
a quien confió sus últimos votos y sus últimas ternuras de esposo y de padre.
Por esto, el nombre glorioso de Ricardo Santa Cruz habrá de figurar con brillo,
después de la prueba del fuego, en la larga lista de los que cumplieron con el juramento
de sus grandes almas, siendo los primeros en la pelea y los primeros en el sacrificio.
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14. Batalla de Huamachuco.
Capitán Rafael Rudesindo Molina
Como habíamos mencionado, Santa Cruz no fue la
única vida que cobró la victoria sobre la Alianza. El Capitán don
Rafael Rudesindo Molina, muerto instantáneamente por un balazo
recibido en la frente al acometer, a la cabeza de su compañía,
el fuerte boliviano que cerraba la extrema derecha de la línea
enemiga en el Campo de la Alianza, había nacido en la aldea de
Maipo el 1 de noviembre de 1853 y fue hijo de don Diego Molina y
de doña Rita Molina, ambos fundadores del lugar.
Educado en la Academia Militar desde 1869, primero como pensionista y
después, en virtud de su mérito y brillantes exámenes, de cadete agraciado, entró al
Ejército en calidad de Subteniente del 7º de Línea el 20 de julio de 1870, y sirvió durante
diez años en las fronteras. Fue allí gobernador de Purén y fundador de Traiguén, a
cuyo sitio le había seguido su joven esposa, doña Borja Reinoso, con quien contrajo
matrimonio en Santiago en 1873.
Ascendió a Capitán en la víspera de la Batalla de Tacna, el 10 de abril de 1880,
terminando en aquel encuentro campal su lucida carrera, cayendo al lado de su jefe, habiendo
alcanzado a la edad de veinte y siete años un honroso puesto y un nombre sin tacha.
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15. Teniente Clodomiro Varela
También sucumbió, en el campo del honor en la
Batalla de Tacna, el Teniente Clodomiro Varela, del Regimiento
Coquimbo, joven audaz y temerario que fue fiel representante
de los bravos hombres de su, entonces, provincia. Vio la luz,
este osado Teniente, en las cercanías de Elqui, en el año de
1858. Era un joven serio y casi melancólico. Su padre, don
Marcos Varela, le había enviado en 1864 al liceo serenense y
su madre, la señora Arismenia Rojas le obtuvo, algo más tarde,
un puesto en la Academia Militar en Santiago. Continuó, así, el
joven coquimbano durante tres años en aquel establecimiento,
hasta que este fue disuelto en 1876.
Cuando el redoblar de tambores anunciaba los lejanos ecos de tiempos de
guerra, se alistó presto en el Batallón Coquimbo, con el mismo grado de Subteniente que
tenía en la Guardia Nacional de La Serena. En esa condición peleó en San Francisco y
su conducta lo hizo digno de un ascenso.
Llegada la hora de la prueba, el Teniente Varela se mostró merecedor de aquella
confianza de sus superiores, pero la fortuna le fue infiel y no correspondió, en tal ocasión,
a su generosa entrega. Enfermo de tercianas, abandonó su lecho en la víspera de la
batalla y entró al combate, acompañando al valeroso Coronel Gorostiaga en calidad de
ayudante, junto con el bizarro Capitán serenense, don Federico Cavada. Marchaba aquel
grupo a la cabeza del batallón que iba a decidir la batalla cuando, a medio camino, el
nutrido plomo de las alturas que descendía a raudales, derribó sus caballos. Continuaron
desmontados los tres dignos coquimbanos y apenas habían avanzado unos pocos pasos,
los tres volvieron a ser heridos y el Teniente Varela cayó sólo para elevarse entre los
heroicos hombres del Ejército de Chile.
Subteniente Carlos Severín
Por último, la Batalla de Tacna que abriría
decisivamente el sendero hacia Lima, exigió nuevamente
un tributo de joven sangre chilena, esta vez oriunda de su
principal puerto. El Subteniente del Regimiento Santiago, don
Carlos Severín, nació en Valparaíso el 2 de junio de 1860. Con
15
16. sus jóvenes trece años, lo encontramos estudiando en la Escuela Militar, recibiendo
aquellos esenciales conocimientos que le serían de gran utilidad en su desempeño en el
campo de batalla. Al igual que sus compañeros de armas, sería el Campo de la Alianza
su lecho final. Una azarosa bala le atravesó la frente en plena contienda al joven oficial
de dieciocho años, lo cual puso inmediatamente fin a su vida, pero hizo nacer eterna su
leyenda.
Capitán Tristán Chacón
Luego de la victoria en Tacna, la fortaleza de Arica
se presentaba inaccesible, pero no por eso inalcanzable. El
mando chileno tomó la decisión de capturar la plaza fortificada
de Arica, con la finalidad de asegurar la línea de abastecimiento
para la Campaña de Lima y para no dejar a sus espaldas una
posición tan riesgosa, una vez que se iniciara el avance. A
su turno, el Coronel Francisco Bolognesi, Comandante de la
Plaza de Arica, consideró que la retirada de las fuerzas aliadas del Campo de la Alianza
obedecía a la intención del mando peruano de ocupar una posición más fuerte, para
librar allí la batalla decisiva, por lo que resolvió defender la posición hasta el último
cartucho.
Correspondió al Ejército vivir una jornada victoriosa más, incorporando un nuevo
personaje en su ya vasta galería de héroes. Nos referimos al Capitán del Regimiento 3°
de Línea don Tristán Chacón, quien era hijo pródigo de Talagante, al igual que muchos
otros bravos compañeros de armas. A la edad de siete años, jugaba alegremente a los
soldados en la calle ancha de su pueblo y como era ágil y regordete, su buen padre
lo denominó con orgullo con el glorioso nombre que electrizaba al travieso chico. Le
llamaban en su casa “el General Bulnes”, entonces en el apogeo de su renombre. Nacido
el 17 de agosto de 1850, obtuvo, con tan solo dieciséis años, una beca efectiva en la
Academia Militar, y después de cuatro años de bien aprovechados estudios, alcanzó el
grado de Subteniente en el ejército de línea. Tuvo esto lugar el 12 de enero de 1870.
El Alférez Chacón fue destinado al 3° de Línea y desde que pisó los umbrales de su
cuartel en las fronteras, no abandonó un solo instante la bandera de su cuerpo. Todo lo
contrario. No la abandonó, como más adelante lo veremos, ni aun para morir.
Aunque la fortuna le sonreía en cada expedición y encuentro que enfrentaba,
quiso el destino pronunciarse de manera contraria. Le correspondió el puesto de la
16
17. Asalto y toma del Morro de Arica.
vanguardia en Arica y al mando de los valientes Comandantes Gutiérrez y Castro,
marchó el Capitán Chacón con su compañía desplegada en guerrillas al asalto del
Fuerte Ciudadela, llave del Morro y de la plaza y he aquí cómo uno de sus compañeros
de armas, que le vio caer y morir en el momento del asalto, cuenta su prematuro fin:
“Llegaba con su compañía al pie de las trincheras, i sus últimas palabras, antes de
ser herido, fueron éstas:- “¡A la carga, niños!” En estos momentos recibió un balazo”.
De todas suertes, el Capitán Chacón sucumbía al dar el grito de victoria en una de las
acciones de guerra más memorables que tenga recuerdo la historia militar de la América
española.
La historia registra actos de valor y heroísmo entre atacantes y defensores,
pero el hecho es que tras 55 minutos de encarnizado combate cuerpo a cuerpo, en
el que descollaron el corvo y la bayoneta, la bandera chilena flameaba en el tope del
Morro. La ruta hacia Lima quedaba despejada.
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18. Mayor José Olano
Cuando el año de 1880 llegaba a su fin y las puertas
de la ciudad de los virreyes se veía cada vez más próxima,
aconteció un importante encuentro bélico, el 27 de diciembre,
entre las fuerzas chilenas y peruanas, conocido principalmente
como Combate de El Manzano. Le correspondió resaltar
y alcanzar el máximo reconocimiento patrio al Mayor del
Regimiento Curicó, don José Olano.
Olano no tan solo es recordado por su valentía y osadía, sino que, además,
por ser el vivo retrato de un joven riguroso, trabajador y sensato. Este niño que se
transformó en hombre, a causa del los vaivenes azarosos del destino y por la fuerza
de la necesidad, quedó huérfano a temprana edad, siendo el único responsable de
su pequeño hermano, tras la sucesiva muerte de su madre y de dos de sus hermanos
mayores. Hubiera parecido que este niño había venido al mundo sólo para correr
aventuras. Mientras estuvo con su padre, vivió en México y en San Francisco, lugar este
último en el cual quedó abandonado a su merced. Luego de este acontecimiento, no dudó
en trabajar rápidamente como lavador de platos durante cinco años, asegurándose, de
este modo, el alimento y el sustento para su pequeño hermano. Pero esto no aminoró su
espíritu, sino al contrario, lo templó en el calor de la fragua de su inocencia. Postergando
aquellos intereses típicos de la niñez, dejó los juegos y diversiones por una vida de
trabajo y cuidados a su hermano menor.
En San Francisco consiguió trabajo en un buque con destino a la ciudad de
Valparaíso, aprovechando el masivo tráfico existente entre estos dos puertos, en plena
fiebre del oro californiano. Durante semanas, compartió sin quejas su escuálida ración
con su hermano, debiendo turnarse los escasos momentos de sueño, antes de tener
que volver a trabajar.
En Chile, encontró el cuidado y protección de un lejano tío, pero no pasaría
mucho tiempo antes de que el andariego y aventurero niño – hombre decidiera construir
su propio camino. Y así fue como joven se presentó, sin mayores antecedentes
y credenciales que su propia experiencia, ante la primera autoridad de la nación, el
mismísimo Presidente de la República don Manuel Montt quien, sorprendido ante tal
personalidad, decidió conceder la solicitud expresada por Olano, consistente en una
beca para poder incorporarse como cadete efectivo al interior de la Escuela Militar.
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19. Ingresó a la Academia el 17 de mayo de 1859, y cuatro años más tarde,
después de exitosos estudios, Olano egresó con el grado de Alférez, siendo destinado,
no obstante su endeble físico, al codiciado Regimiento de Cazadores a Caballo. Pero su
inquieto espíritu no tan solo se conformó con aquellos conocimientos, sino que además
agregó a su haber, estudios completos de medicina, ingeniería y educación.
En el Combate de El Manzano, una bala lo derribó herido de muerte en la
primera descarga disparada en el bosque y en la oscuridad, por el sorprendido enemigo.
Su fin dejó, como legado, una vida dedicada al servicio, sacrifico y honor.
Batalla de Chorrillos.
Comandante Tomás Yávar
Aunque el sendero a Lima ya estaba señalado por las
célebres victorias mencionadas, se enfrenta a un último desafío.
Aquel 13 de enero de 1881, se llevó a cabo la primera de dos
decisivas batallas para las fuerzas chilenas, las que abrirían las
puertas de la ansiada capital. Los defensores presentaron lo más
ilustre e inocente de su juventud, mientras que los expedicionarios
exhibieron lo más veterano y experimentado de sus fuerzas. En su
árido suelo, se inmortalizaron altivos nombres, ejemplares de una
prolongada tradición de excelencia y valor. Alcanzaron el máximo
reconocimiento nacional y la gratitud perpetua de todo un pueblo.
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20. La Batalla de Chorrillos fue una de las más sangrientas de la guerra. El ejército
peruano, que combatió valerosamente, tuvo cerca de un 60% de bajas. De los 20.000
hombres que lo constituían, solo 8.000 se replegaron hacia la línea defensiva de
Miraflores. Los chilenos perdieron unos 3.300 hombres entre muertos y heridos, siendo
la I División la que más sufrió en su ataque al morro Solar.
Destacó en estas acciones el recordado Tomás Yávar, quien ingresó a la
Academia Militar en 1847, egresando de ella el año 1851, quedando bajo las órdenes de
su hermano José Tomás. Dada su vocación y preferencia, fue asignado y encuadrado
en el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo. Recibió su bautismo de fuego en la
acción de Illapel y, en 1878, fue nombrado comandante del regimiento.
Durante la guerra le correspondió realizar la fatigosa y extenuante marcha por
tierra, desde Pisco a Lurín, antesala de Lima. Cuando Lagos ordenó cargar a los cuerpos
de caballería de Granaderos y Carabineros, el Ejército entero se detuvo largo rato, como
delante de un brillante torbellino y al dar la vuelta los ensangrentados y polvorosos
jinetes, se alcanzó oír un inmenso rumor en todas las columnas de infantería, que arma
al brazo aguardaban el éxito de aquella terrible arremetida.
Cargando a la altura del tercer escuadrón, es decir, más adelante del puesto del
deber, una bala peruana había llegado de frente sobre el pecho del Comandante Yávar,
y atravesándole la mano izquierda que sostenía la brida, fue a detenerse en sus entrañas,
causándole la muerte. El Comandante Yávar había fallecido digno de los antiguos Granaderos
de San Martín y digno del Ejército en que su memoria ha sido siempre honra y victoria
Teniente Coronel Baldomero Dublé Almeida
Junto con Yávar, cayó abatido uno de los más bravos,
prolijos y capaces oficiales que el Ejército chileno ofrendó al
país. Nos referimos al Teniente Coronel de Ingenieros Baldomero
Dublé Almeida. Nacido en el puerto de Valparaíso en 1843, fue
descendiente de una familia militar, siendo hermano menor del
bravo Comandante del Atacama, don Diego Dublé Almeida.
Sus primeras instrucciones las recibió en el colegio
alemán de Scheel, establecimiento que albergó en sus aulas a
otros insignes hermanos que hondo reconocimiento les brindaría
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21. la patria. Entre ellos podemos mencionar a los hermanos Juan José e Ignacio Latorre,
junto a Carlos y Ernesto Condell y, por último, Luis y Altamira Castillos.
Incorporado a la Escuela Militar el 25 de abril de 1857, cuando tenía apenas
catorce años, logró sobresalir en los estudios matemáticos y, especialmente, en álgebra,
topografía y fortificación, en cuyos exámenes obtuvo votos unánimes de distinción.
Sin atención a su corta edad, fue nombrado “Brigadier” en la Academia Militar,
es decir, superior de sus condiscípulos en cuanto al régimen interno del establecimiento.
Por la misma causa y siendo todavía alumno, fue elegido profesor y ayudante militar de
la Academia.
Obtuvo, en esta, la mayor parte de los premios, sobresaliendo siempre en los
ramos de matemáticas y de dibujo. El Comandante Dublé fue uno de nuestros más
elegantes paisajistas y el mejor delineador de fortalezas que existió, tal vez, en el
ejército de la época.
Luego de una brillante carrera militar, que lo llevó a desempeñar diversos y
altísimos cargos tanto en Chile como en Europa, Dublé Almeida fue nombrado Jefe de
Estado Mayor de la Cuarta División.
Luego de la toma del morro Solar, los dos hermanos, Baldomero y Diego,
se dirigieron rumbo a Chorrillos, lugar en el que a poco andar, se encontraron con el
comandante de la división de la cual Baldomero Dublé era Jefe de Estado Mayor. Don
Emilio Sotomayor se hallaba allí, a caballo, acompañado de varios jefes y oficiales.
La resistencia del poblado se tornaba cada vez más persistente y tenaz. Al ser
capturado un oficial peruano, este se apresuró a observar que esa fuerza se entregaría
si alguien iba a intimidarles la rendición. Resoluto, Baldomero Dublé se ofrece para el
caso y tomando la venía del General Sotomayor, se dirigió al interior de la población
acompañado del ayudante Rojas y su asistente, los tres a caballo y el oficial peruano,
a pie.
El fuego dentro de la ciudad era muy sostenido, tanto de parte de los defensores
que estaban en el interior de las casas, como de los soldados chilenos. Al llegar a una
esquina junto a la cual había un numeroso grupo de soldados chilenos, estos previnieron
a Dublé que no continuase, porque desde una casa de alto, que le mostraron, asesinaban
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22. a todo aquel que osaba pasar. Continuó su marcha y al llegar a las inmediaciones del
lugar que le habían indicado como peligroso, el enemigo desde el interior de los altos
hizo una mortífera descarga, cayendo muerto el oficial peruano que los guiaba y Dublé,
herido de gravedad en su pierna derecha.
Protegido y rescatado por nuestros soldados, el temerario Comandante debió
realizar el extenuante trayecto de Chorrillos a Valparaíso, para por fin, encontrar a
mediados de febrero de 1881, eterno reposo en la ciudad de Santiago.
Aunque la herida fatal hizo estragos en su cuerpo durante semanas, esto no
aminoró su espíritu, el mismo que lo llevó a sobreponerse en su frágil y enfermiza infancia,
doblegando la fatiga física y convirtiéndose en uno de los más capaces, eficientes y
valerosos oficiales que el Ejército y la Escuela Militar han entregado al país.
El porvenir del Ejército, la grandeza de Chile.
Describir o resumir en tan pocas palabras la vida de quienes ofrendaron, sin
remordimiento, su existencia en la defensa e ideales de su país, resulta una labor
permanentemente inconclusa. Parafraseando a un distinguido Primer Ministro inglés,
nunca en la historia de Chile tantas personas le debieron tanto a tan pocos, puesto que
en aquella hora decisiva, las tres naciones presentaron lo más gallardo y virtuoso de su
juventud, mezclada esta con la sabia experiencia de sus connotados veteranos.
Pero el porvenir del Ejército y, por consiguiente, la grandeza de todo Chile,
estaba reservado a un selecto puñado de jóvenes estudiantes que se integraron a la
Escuela Militar, la que con el paso del tiempo les entregaría valiosos conocimientos que
resultarían vitales en su futuro como importantes jefes de los más distinguidos cuerpos
y unidades militares del país.
Una rápida mirada nos permite comprender cuáles fueron las principales
cualidades que compartieron quienes formaron parte de este grupo de admirables
oficiales. En su mayoría, todos debieron afrontar, de manera decidida, el penoso tránsito
de niño a hombre, transcurriendo esto último al interior de las formadoras aulas de la
Escuela Militar. Con tan solo doce o trece años, eran educados en el estricto arte de
mandar y dirigir a hombres que depositarían su confianza y su vida en sus decisiones.
Lo anterior trae ante nuestra memoria, que todos ellos, más que ser jefes u
oficiales, eran verdaderos líderes, los cuales comandaban con férrea disciplina, pero
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23. con bondadoso trato, a los depositadores de sus esperanzas. El liderazgo ejercido
más allá del cumplimiento del deber los hizo sucumbir en las primeras líneas del frente
enemigo, siempre alentando a los suyos y entregando el primer ejemplo, el cual era
imitado fervorosamente por los que los veían caer llenos de orgullo y satisfacción por el
deber cumplido.
Con el objetivo de ir siempre adelante, estos jóvenes oficiales son el selecto
ejemplo del heroísmo y valor que se ha anidado por años en las aulas de la Escuela
Militar. Durante generaciones, esta institución se ha constituido en la verdadera maestra
de quienes comandarían a miles de hombres, guiándolos hacia la victoria.
La Guerra del Pacífico puso a prueba los cimientos mismos de nuestra cohesión
nacional, examen del cual salimos airosos, no sin antes pagar una altísima cuota de
vidas jóvenes, lo mejor que posee un país para construir su futuro.
Por último, aunque la Escuela Militar no creaba ni forjaba héroes, sí los educó
y los guió para el cumplimiento de su glorioso destino. Todo lo vivido anteriormente por
nuestros jóvenes oficiales, los preparó para aquel momento.
Las acertadas decisiones que asumieron en momentos extremos, fueron el
resultado de los conocimientos y experiencias adquiridas durante su niñez, adolescencia
y juventud, las mismas que hoy nos hace, con orgullo, llamarlos héroes.
Este “nido de héroes” tan solo delineó y perfeccionó la grandeza que ya poseían,
obteniendo lo mejor de sí mismos. No les construyó las alas, sino les enseñó a volar y
a seguir un sendero de honor, gloria y valor, pilares fundamentales en los cuales están
cimentados el porvenir de este Ejército y la grandeza de Chile.
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