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MIGRACIONES EUROPEAS
A OTROS CONTINENTES
Los primeros exploradores de norte América .ue'cr ,cs
f ranceses, Posteriormente los ingleses que huvercr^ óe
lnglaterra por'problemas económicos socralás v re -
giosos, se establecieron con sus familias en las costas
del norte del continente y no se mezclaron con ics
indígenas.
' Estos colonizadores trajeron la forma de organización
político-administrativa de lnglaterra, que era una de las
más adelantada de la época (siglo XVll) en Europa
" Los europeos trajeron negros del Af rica en el siglo XVlll
y XlX, que llegaron como esclavos a trabajar en los
cultivos de algodón y tabaco del sur de Norteamérica.
Hoy en dÍa la población negra en Estados Unidos es
numerosa y ha afrontado problemas de descriminación
racial.
' En el siglo XX han emigrado a Estados Unidos chinos,
japoneses, vietnamitas, latinos y judíos.
diferencias sociales de Latinoamérica son tan duras
como el juego de luz y sombras de los trópicos. Se-
gún estadísticas de la ONU, sólo la mitad de sus
habitantes llena el estómago con regularidad.
En realidad Latinoaméñca es un continente muy
rico. Inmensas superficies de buen suelo dan vida a
campos de trigo y maíz donde se pierde la vista o
producen abundantes cosechas de café, cacao, alu-
bias, plátanos y caña de azúcar. En la pampa argen-
tina pastan millones de reses, en la Patagonia gigan-
tescos rebaños de ovejas, v se esconden aún riquezas
fabulosas en el subsuelo de Sudamérica.
Pero pese a algunos intentos de reforma, sigue el
poder en las manos de la progenie criolla de conquis-
tadores y logreros. Las "grandes familias" integran
la casta de hacendados, ganaderos, latifundistas y
comerciantes. Los indios, mestizos, ne§ros y mulatos
forman la capa inferior.
Es espantaso el abismo cultural entre la ciudad v el
campo de la América Latina. En las ciudades viven
los pudientes en un derroche difícil de imaginar. En
el campo
-haciendas
v plantíos de ricachones-
sudan analfabetos indigentes, hombres sin ilusiones,
abúlicos, sumidos de por vida en una especie de
esclavitud basada en un refinado sistema de agio-
tismo laboral. El explosivo aumento demográfico
completa el desesperante panorama social: la fanáti-
ca población, católica en teoría y de un "prolífico"
desorden estructural inimaginable para el europeo,
ostenta un dramático récord: el mavor crecimiento
demográfico del mundo.
La huida en masa del campo latinoamericano a la
ciudad supone el mavor movimiento migratorio de
la historia. De 1960 a 1975 han crecido en 100 millo-
nes las urbes indoamericanas. En sus tristes cintu-
rones de miseria, casas de hojalata v cañón, se acu-
mula una dinamita social que puede producir en un
mañana próximo una grave explosión continenral.
Continentes
M. Orecolatlna
N. oermántco Sdona
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Con América del Norte y Centroamérica forma Su-
damérica el continente occidental del planeta. Pero
Ia parte sur de ese gran continente tiene poco en
común con su hermanastra continental del norte. A
partir de la frontera fluüal del Río Grande empieza
un mundo cultural totalmente distinto. L¿tinoamé-
rica, nombre que mejor lo determina, llega desde
México y Cuba, hasta la Tierra del Fuego.
Al revés que Norteamérica, presenta poca unifor-
midad política. Se compone de multitud de naciones.
Los españoles y portugueses conquistaron la casi
totalidad del inmenso subcontinente. La cultura de
la península ibérica, sus dos grandes idiomas y la
religión católica han conferido indeleble sello a sus
habitantes.
Los conquistadores no eran apóstoles de la paz ni
de la tolerancia. [,os españoles eran formidables
aventureros, sedientos de oro, plata, joyas y poder
sobre los sometidos imperios indígenas. Los acom-
pañaban un sinnúmero de frailes, recioshombres de
su tiempo e inexorables en su evangelización. [.os
portugueses, que se adjudicaron el este, eran ante
todo comerciantes, interesados en nuevas zonas de
producción.
Con los tesoros de los indios, pasaron también a
Europa la patata, el maí2, el cacao y muchas espe-
cias, existentes hasta entonces sólo en América.
Europa, por su parte, propagó por América
-además de la viruela- los grandes animales domés-
ticos, la caña de azúcar,los cereales del Viejo Mun-
do, el café y el algodón
Muy al revés que en Noñeamérica, los colonizado-
res ibéricos se mezclaron pronto e intensamente con
Ia población indígena. Del eruce de sus descendien-
tes con los esclavos negros importados de Africa
para las plantaciones ha resultado el variadísimo
mosaico étnico iberoamericano.
ElperiodistasuecoSvenLindgren,lohabautizado Margrer Lau,-Vhle.
con amargura como el "continente saqueado". Las Círculo dc Lectr¡res
Economía - Política
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