El niño visitó a sus abuelos en el pueblo vecino. En el camino se encontró con una esfinge que le propuso una adivinanza: un ser se arrastra sobre cuatro patas por la mañana, camina sobre dos patas por la tarde y sobre tres patas por la noche. El niño acertó la respuesta y la esfinge se suicidó arrojándose a un precipicio.