El documento compara el software libre y privativo, destacando que el software libre permite a los usuarios ejecutar, estudiar, distribuir y mejorar el software, mientras que el software privativo protege la propiedad intelectual de sus creadores y su distribución ilegal es considerada un delito. Además, proporciona ejemplos de software educativo libre como MAX OS, Ardora y Gcompris, y de software privativo como Colección Pipo y Encarta.