Este resumen cubre la quinta sesión de terapia para dejar de fumar. Se evalúa el registro de cigarrillos y los motivos para dejar de fumar. Se discuten ejercicios de respiración, alimentación saludable y fijar una fecha para dejar de fumar. También se abordan terapias de apoyo y mitos comunes sobre fumar. Finalmente, se explica la dependencia psicológica y la importancia de mantener una mentalidad positiva sobre el abandono del tabaco.

1. SESION V

2. VALORACION DE SESION IV AUTOREGISTRO DE CIGARRILLOS. MOTIVOS PARA DEJAR DE FUMAR. EJERCICIOS DE RESPIRACION. ALIMENTACION SALUDABLE. DECISION FIJAR FECHA, ¡HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA! TERAPIAS DE APOYO.

3. No intentarlo es un fracaso, recaer forma parte del intento

4. Diferencia entre caída y recaída La caída es un acontecimiento puntual, singular, único y no implica necesariamente la recaída. Fumar un día un solo cigarrillo es una caída, que no ha de tener mayor importancia. Recaída es volver a consumir como antes.

5. LAS RECAIDAS Cada vez que se produce un intento de dejar de fumar se van aprendiendo habilidades que favorecen el cambio y abandono del tabaquismo. (Sesión I) FELICITACIONES PARA LOS QUE YA NO FUMAN

6. Ante un cigarrillo, no lo dé todo por perdido. No lo aproveche para seguir fumando y prepárese de nuevo para afrontar las tentaciones. Analice por qué ha fumado ese cigarrillo, piense qué hacer la próxima vez que se encuentre en esa situación, recuerde sus motivos para dejar de fumar, el esfuerzo que invirtió en ello y la mejoría que ha notado en el tiempo que ha estado sin fumar, además, si vuelve a fumar de nuevo piense: ¡Que tarde o temprano va a tener que pasar otra vez por este proceso de abandono!

7. Valorar las situaciones de riesgo 1- Situaciones estresantes y de ansiedad. 3- Situaciones Habituales. 2- Celebraciones. 4- Y todas las imaginables Se piensa en fumar porque se aprendió a enfrentarte a esas situaciones o a situaciones parecidas fumando y ahora si se da el tener que volver a afrontar esas situaciones no fumas. Lo mejor que puede hacer una persona que quiere dejar de fumar es conocerlas y aprender a enfrentarse a ellas. Es mejor prepararse para afrontarlas con garantías, tener un plan. Y en caso de no sentirte con fuerzas para ello, mejor evítalas .

8. Algunos mitos………. “ Fumo porque quiero” “ Fumo porque me gusta” “ De algo hay que morir” “ El tabaco me sirve afrontar el estrés” “ Fumar después de una comida es un placer” “ Dejar de fumar no me compensa” “ No tengo suficiente fuerza de voluntad”

9. “ Fumo porque quiero” Los fumadores no fuman porque quieren sino por un cúmulo de circunstancias que les han empujado hacia esa conducta nociva y adictiva en edades en las que no hay recursos ni madurez suficiente para resistir esas presiones. Justamente lo contrario de la determinación que tendrán que poner en juego para vencer su adicción y reiniciar una vida nueva sin humo.

10. “ Fumo porque me gusta” La razón que dan habitualmente los fumadores para no abandonar el cigarrillo es que les ayuda a afrontar el estrés y les proporciona placer pero en realidad la razón principal es la dependencia de la nicotina. ( Jean Paul Sartre decía que “la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”.)

11. “ De algo hay que morir” Los fumadores confían en disfrutar de la ilusión del placer que proporciona el cigarrillo con la esperanza de que no altere su futura calidad de vida. El manejo de los riesgos del tabaco hay que hacerlo en comparación con la conducta de no fumar, no con la de comer tocino o practicar parapente. Las coletillas de “mi abuelo que fumo toda la vida y murió con más de 90 son excepciones, que no prueban nada, excepto la existencia de excepciones

12. “ El tabaco me sirve afrontar el estrés” Unos 10 segundos después de hacer una “calada” la nicotina tiene un impacto en el cerebro y afecta a las neuronas y los neurotransmisores; en concreto se fija uno de ellos, la acetilcolina, lo que causa una reducción en otros neurotransmisores estimulantes, como la noradrenalina y la dopamina. En ese momento, la percepción subjetiva del fumador es que se calma su estrés. Pero el estrés que se alivia es el que ha producido su adicción a la nicotina y que ha alterado sus neurotransmisores cerebrales de forma creciente a lo largo de la vida. En realidad los fumadores presentan mayores niveles de ansiedad y estrés percibido que el resto de la población.

13. “ Fumar después de una comida es un placer” El humo del tabaco arruina el funcionamiento de las papilas gustativas y de los receptores olfativos. La papila gustativa y la saliva quedan impregnadas del pringoso alquitrán, o el particular y persistente olor y sabor a la nicotina Por tanto, para poder apreciar verdaderamente los sabores de los alimentos y sus diversos matices, éstos deben disolverse en nuestra saliva sin la presencia de contaminantes tan potentes como el humo de tabaco..

14. “ Dejar de fumar no me compensa” Tres meses después de dejar el tabaco (o antes), se aprecia un aumento de la capacidad respiratoria de un 30%. A los seis meses, se regeneran los bronquios, hay más facilidad para eliminar el moco, disminuye el riesgo de infecciones y la capacidad respiratoria se va igualando a la de los no fumadores. Pasadas 48 horas, se restauran las terminaciones nerviosas del gusto y del olfato, con lo que se recuperan las pérdidas en la capacidad de oler y saborear. Las mejoras en salud llenarían un tratado…

15. “ No tengo suficiente fuerza de voluntad” No hay que ser superman; al contrario, quizás sea bueno afrontar el proceso consciente de las propias limitaciones, pero con el convencimiento de que es perfectamente posible conseguirlo. Dejar de fumar significa plantearse una vida libre de tabaco. La llamada fuerza de voluntad es como un músculo. Se puede tener el bíceps atrofiado pero con un entrenamiento y unas buenas mancuernas se fortalece y aumenta su volumen y su fuerza. Se trata de encontrar esa fuerza para olvidarse del tabaco .

16. Recuerda! El síndrome de abstinencia no tiene que ser nunca una excusa para volver a fumar.

17. ¿Qué es la dependencia psicológica? La dependencia psicológica puede durar mucho más tiempo que tres o cuatro semanas ; puede extenderse como un fantasma hasta hacerte recaer. Si te dedicaras a pensar continuamente en lo “que te gustaba fumar” o lo “bueno que te sabía”, estarías incrementando tu dependencia psicológica y tu mente podría jugarte una mala pasada. No pienses “me fumaría un pitillo”, sino “qué bien que ya no fumo”.