La Biblia es tanto un libro divino como humano. Aunque fue escrita bajo la inspiración de Dios, fue escrita en contextos particulares y para audiencias específicas. Por lo tanto, se debe interpretar usando métodos como el histórico-gramatical para comprender el significado original, al mismo tiempo que se aplica su mensaje eterno a nuestro propio contexto. Existen varios métodos válidos para estudiar la Biblia, incluyendo métodos sintético, crítico y teológico.