El documento discute el uso de técnicas dramáticas en la enseñanza de idiomas. Explica que el drama surgió como recurso en los años 1960 y facilita un enfoque comunicativo y dinámico en el aula. También destaca que el drama promueve la interacción social, la motivación de los estudiantes y la mejora de habilidades a través de la representación de situaciones reales. El documento concluye resaltando que el drama proporciona un aprendizaje vivo y preciso al representar la realidad.